EDUCACIÓN

Un líder de Mayo del 68, nombrado inspector general de Educación en Francia

Alain Geismar, uno de los líderes de Mayo del 68, ya no piensa que el sistema educativo es un instrumento de las clases dominantes para perpetuar la repartición desigual del saber. Ha cambiado de opinión, y, para confirmarlo, Geismar ha aceptado con orgullo el prestigioso cargo de inspector general de la Educación Nacional que le ha ofrecido el Gobierno socialista francés.

El antiguo líder de la revuelta de Mayo del 68 está ahora convencido de que ese mismo sistema educativo es el mejor modo de democratizar la sociedad, exactamente lo mismo que decía De Gaulle hace 22 años.A sus 51 años...

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Alain Geismar, uno de los líderes de Mayo del 68, ya no piensa que el sistema educativo es un instrumento de las clases dominantes para perpetuar la repartición desigual del saber. Ha cambiado de opinión, y, para confirmarlo, Geismar ha aceptado con orgullo el prestigioso cargo de inspector general de la Educación Nacional que le ha ofrecido el Gobierno socialista francés.

El antiguo líder de la revuelta de Mayo del 68 está ahora convencido de que ese mismo sistema educativo es el mejor modo de democratizar la sociedad, exactamente lo mismo que decía De Gaulle hace 22 años.A sus 51 años de edad y agobiado por el peso de haberse convertido en uno de los mariscales del sistema educativo galo, Geismar apenas tiene tiempo para reflexionar sobre la larga marcha que le ha llevado desde el furibundo activismo maoista de su juventud al poder.

Daniel Cohn-Bendit, Jacques Sauvageot y Alain Geismar fueron los grandes líderes del movimiento de Mayo del 68. Geismar, ingeniero de minas, era entonces un joven profesor que dirigía el Sindicato Nacional de la Enseñanza Superior, una de las organizaciones que imprimieron un sello radical a la revuelta estudiantil.

Grupúsculo

Pero, sobre todo, Geismar era el principal líder de Izquierda Proletaria, un grupúsculo que predicaba que la solución a todos los males de la sociedad capitalista era el modelo de las comunas populares maoístas.

Dos años después, disuelta Izquierda Proletaria por el Gobierno francés, Geismar pasó a la clandestinidad. Su desaparición de la escena pública duró poco: la Policía descubrió su escondrijo y lo presentó ante la Corte de Seguridad del Estado. El líder maoísta fue condenado a 18 meses de cárcel, una pena severa para un hombre que no había matado a nadie.

Liberado en diciembre de 1971, Geismar reemprendió su carrera universitaria, fue abandonando sus ideales revolucionarios y comenzó su ascensión en las instituciones educativas del Estado burgués.

En 1980 fue nombrado vicepresidente de una Universidad parisiense; en 1988 se incorporó al equipo del secretario de Estado para la formación profesional; finalmente, el pasado miércoles ascendió a lo que la Prensa francesa llama el mariscalato de la Educación Nacional.

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