LA CRISIS DEL GOLFO

Arabia Saudí pide moderación palestina y la retirada iraquí

El ministro saudí de Asuntos Exteriores, el príncipe Saud el Faisal, pidió ayer en la Asamblea General de la ONU la retirada de las tropas iraquíes de Kuwait e instó a los palestinos a no sucumbir a la propaganda de Sadam Husein y apoyar Ia legalidad internacional" que asiste a los kuwaitíes como camino para que se respete internacionalmente "vuestra propia legitimidad". Por su parte, el embajador iraquí en las Naciones Unidas, Abdul Amir al Anbari, declaró ayer que el discurso del presidente George Bush en el organismo internacional "contenía aspectos dignos se ser estudiados".

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El ministro saudí de Asuntos Exteriores, el príncipe Saud el Faisal, pidió ayer en la Asamblea General de la ONU la retirada de las tropas iraquíes de Kuwait e instó a los palestinos a no sucumbir a la propaganda de Sadam Husein y apoyar Ia legalidad internacional" que asiste a los kuwaitíes como camino para que se respete internacionalmente "vuestra propia legitimidad". Por su parte, el embajador iraquí en las Naciones Unidas, Abdul Amir al Anbari, declaró ayer que el discurso del presidente George Bush en el organismo internacional "contenía aspectos dignos se ser estudiados".

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Al Anbari aplazó hasta hoy su discurso, previsto para el pasado lunes, con la pueril excusa de que no funcionaban las fotocopiadoras, pero que se interprertó unanimemente como una necesidad de consultar con Bagdad los términos del mensaje de Bush.En su discurso, el ministro saudí no dejó lugar a dudas sobre la necesidad de que el Ejército iraquí abandone suelo de Kuwait, pero se dirigió de manera especial a los palestinos, que en su gran mayoría apoyan a Sadam Husein. "Os decimos [a los palestinos] que apoyéis la legitimidad, porque es vuestra causa, la causa de todos los árabes, y la base sobre la que se asientan vuestros legítimos derechos para liberar vuestra tierra y fundar un Estado".

El Faisal insistió "en la retirada incondicional y sin restricciones de las tropas iraquíes y la restauración del legítimo gobierno kuwaití".

Aunque el presidente norteamericano no había escatimado adjetivos para calificar la acción iraquí en Kuwait -"una, reliquia oscura de un periodo oscurantista", dijo-, sin embargo, en un primer gesto conciliador hacia Bagdad, Bush habló de las oportunidades que se abrirían para los problemas del Próximo y Medio Oriente, incluido el conflicto árabe-israelí, al día siguiente de producirse una retirada de Irak del emirato".

El ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, comentó ayer que "ésta es la doctrina de España desde el principio". "Lo que ha llamado la atención es que Bush haya hecho énfasis en unos puntos a los que nosotros llamamos salida política",. añadió Ordóñez.

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Las palabras de Bush provocaron inmediatamente en Washington una controversia política y periodística sobre un posible cambio en la postura de dureza mantenida hasta ahora por Washington.

Abordado por los informadores que le habían acompañado a Naciones Unidas, el propio Bush afirmó que no había tenido intención de ofrecer "una rama de olivo" a Irak. "Mi discurso no debe ser interpretado como una muestra de flexibilidad ni como un cambio en nuestra posición", dijo Bush. El presidente norteamericano aseguró que varios líderes mundiales con quienes se había entrevistado en Nueva York le habían asegurado que el presidente iraquí comenzaba a comprender el mensaje de que estaba solo frente al mundo. Asimismo, son muchos los que creen que "las sanciones empiezan a hacer mella" añadió Bush.

Sin embargo, The New York Times interpretó el discurso del presidente norteamericano como "una solución diplomática sensata a la crisis del Golfo si Sadam Husein tiene el sentido común de contestar antes de que sea demasiado tarde'.

Entretanto, el portaaviones Independence, una de las más poderosas unidades de la Marina norteamericana, entró ayer en el golfo Pérsico con sus seis unidades de escolta para reforzar el despliegue de EE UU en la zona. La presencia de Independence en el golfo Pérsico permitirá a sus 80 aviones de combate alcanzar objetivos en Kuwait e Irak sin tener que repostar en vuelo.

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