Tribuna:

El armario de lord Keynes

"No hay nada tan desastroso como seguir una política de inversiones en un mundo irracional". Esta reflexión, atribuida a John Maynard Keynes, no fue un obstáculo para que el notorio lord británico, que en un tiempo fue también ministro de Finanzas del Reino Unido, amasara un gran patrimonio practicando el noble y arriesgado deporte de la inversión. Cada mañana, al despertarse, se tomaba un tiempo para madurar sus tomas de posición sobre materias primas y divisas, y en este empeño, cuentan las crónicas o sus propias confesiones, jamás utilizó su saber científico. Cuando operaba en el mercado de...

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"No hay nada tan desastroso como seguir una política de inversiones en un mundo irracional". Esta reflexión, atribuida a John Maynard Keynes, no fue un obstáculo para que el notorio lord británico, que en un tiempo fue también ministro de Finanzas del Reino Unido, amasara un gran patrimonio practicando el noble y arriesgado deporte de la inversión. Cada mañana, al despertarse, se tomaba un tiempo para madurar sus tomas de posición sobre materias primas y divisas, y en este empeño, cuentan las crónicas o sus propias confesiones, jamás utilizó su saber científico. Cuando operaba en el mercado de valores, Keynes, el economista con más influencia sobre las generaciones futuras, dejaba en el armario sus teorías sobre la demanda y el empleo para sumergirse con talento en la psicología de grupos y hasta en la magia blanca. Nos preguntamos cuál hubiese sido su consejo para la triste sesión que cerraba el mes y reflejaba un nuevo revolcón en los mercados, incluido el de Londres, que presenta una evolución larga de su índice con tres años (1987-1990) de tendencia descendente. Los operadores de Barcelona soportaron ayer el tedio gracias al arbitraje de los valores americanos (las sociedades españolas que cotizan en Wall Street).

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