Los ecologistas escalaron Torre Europa para protestar por una línea eléctrica

Cuatro miembros del grupo ecologista aragonés de Acción Radical no Violenta, conocidos como los ecofontaneros, se colgaron ayer del piso decimoquinto del edificio Torre Europa, en el complejo madrileño de Azca, para protestar por la futura construcción de una línea de alta tensión entre Francia y España. El proyecto, aprobado en enero de 1989, ha suscitado también una gran polémica en Francia."A través de esta autopista eléctrica se trata de transferir energía excedentaria de las centrales nucleares francesas hacia España y, sobre todo, hacia Portugal", afirmó Pedro Arrojo, vicer...

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Cuatro miembros del grupo ecologista aragonés de Acción Radical no Violenta, conocidos como los ecofontaneros, se colgaron ayer del piso decimoquinto del edificio Torre Europa, en el complejo madrileño de Azca, para protestar por la futura construcción de una línea de alta tensión entre Francia y España. El proyecto, aprobado en enero de 1989, ha suscitado también una gran polémica en Francia."A través de esta autopista eléctrica se trata de transferir energía excedentaria de las centrales nucleares francesas hacia España y, sobre todo, hacia Portugal", afirmó Pedro Arrojo, vicerrector de la Universidad de Zaragoza. y principal dirigente de los ecofontaneros.

La construcción de este tendido de alta tensión arrasaría un pasillo de vegetación de 400 metros de anchura a lo largo de los 185 kilómetros que separan Cazaril (Francia) y Escatrón (Huesca). En este recorrido, cada 200 metros, se prevé la colocación de torres metálicas de más de 50 metros de altura.

El valle pirenaico de Gistáin, de excepcional valor ecológico y solicitado como parque natural, resultaría especialmente dañado por esta obra. Además de lo

vecinos de este valle, se oponen al proyecto la Diputación Provincial de Huesca, la Cámara de Comercio de Zaragoza, la Diputación General de Aragón y las Cortes Aragonesas.

La actuación de los ecofontaneros fue perfectamente realiza da desde el punto de vista táctico. A las diez de la mañana, cuatro escaladores de la organización (tres hombres y una mujer), vestidos con monos y cascos, como si fuesen operarios de una compañía de limpiezas, se acercaron a la parte posterior del edificio y, con ayuda de un par de escaleras de aluminio, mosquetones y cuerdas de dralón, comenzaron su arriesgada escalada de protesta. Los servicios de seguridad de Torre Europa se vieron sorprendidos.

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Al cierre de esta edición, los ecofontaneros se mantenían a 50 metros de altura, habían organizado su vivac delante de la ventana del director general de Redesa -compañía estatal que instalará el tendido- y habían desplegado unas pancartas que decían: "SOS Pirineos. No a la línea de alta tensión".

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