Una persona de confianza en Ferraz

Aida Álvarez fue persona de confianza del aparato federal del PSOE, con sede en la madrileña calle de Ferraz, durante siete años, primero como coordinadora federal de administración y finanzas, y después al frente de los servicios generales del partido. Ambos puestos le permitieron participar en la organización de las campañas socialistas de 1982, 1983 y 1986, en las cuales trabajó directamente a las órdenes de Alfonso Guerra. Procedente de una familia de exiliados, se incorporó al PSOE como ayudante de Carmen García Bloise, secretaria de Administración y Finanzas de 1977 a 1979.Del eje...

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Aida Álvarez fue persona de confianza del aparato federal del PSOE, con sede en la madrileña calle de Ferraz, durante siete años, primero como coordinadora federal de administración y finanzas, y después al frente de los servicios generales del partido. Ambos puestos le permitieron participar en la organización de las campañas socialistas de 1982, 1983 y 1986, en las cuales trabajó directamente a las órdenes de Alfonso Guerra. Procedente de una familia de exiliados, se incorporó al PSOE como ayudante de Carmen García Bloise, secretaria de Administración y Finanzas de 1977 a 1979.Del ejercicio de labores auxiliares de contabilidad, pasó muy pronto al puesto de número dos en la secretaría de finanzas. Carmen García fue sustituida pir Emilio Alonso, pero Aida Alvarez se mantuvo como número dos de esa secretaría, al contar con el apoyo de Alfonso Guerra. De hecho, Alonso se sintió muy incómodo con Aida Álvarez y exigió su salida, lo cual se tradujo en un traslado de puesto dentro del organigrama del PSOE.

Más información

Una vez terminada la campaña de 1986, Aida Álvarez se desvinculó del partido socialista. Encontró trabajo como empleada de Antonio Calleja -empresario procedente de las filas socialistas- y organizó la Distribuidora Exprés 2.020, cuya actividad consistía en hacerse cargo de la edición y distribución de documentos del partido. Para ello, Aida Álvarez compró algunos de los medios técnicos de que disponía el PSOE y se llevó consigo a varios de los funcionarios que hasta entonces habían trabajado en la sede socialista, y unidos a ella por lazos familiares.

Posteriormente, Aida Alvarez amplió su actividad al terreno de la consultoría financiera: convirtió su despacho en centro de información sobre proyectos de distintas administraciones públicas y la completó con la realización de gestiones de intermediación financiera.

Aida Álvarez era socia de Calleja cuando éste intervino en una mediación relacionada con la compra de aviones de la Mc Donnell Douglas para Iberia.

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