Cartas al director

El TAV y la autonomía en Castilla-La Mancha

La comunidad castellano-manchega, debido a su posición central en la península Ibérica, ha sido siempre un lugar de paso obligado en las comunicaciones entre las restantes zonas de nuestro país. En la actualidad continúa teniendo ese carácter muchas veces de paso, como lo demuestra la construcción del tren de alta velocidad y la autovía que enlaza Madrid con Andalucía.En esta comunidad existe una falta de preocupación general por los problemas derivados de su construcción, que se pone de manifiesto una vez más en el terreno de la arqueología.

Mientras que en Madrid y Andalucía se han to...

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La comunidad castellano-manchega, debido a su posición central en la península Ibérica, ha sido siempre un lugar de paso obligado en las comunicaciones entre las restantes zonas de nuestro país. En la actualidad continúa teniendo ese carácter muchas veces de paso, como lo demuestra la construcción del tren de alta velocidad y la autovía que enlaza Madrid con Andalucía.En esta comunidad existe una falta de preocupación general por los problemas derivados de su construcción, que se pone de manifiesto una vez más en el terreno de la arqueología.

Mientras que en Madrid y Andalucía se han tomado ya las medidas necesarias para impedir que su construcción perjudique de alguna forma a la conservación del patrimonio arqueológico, ¿cuál es la situación en la comunidad castellano-manchega?

Las obras del tren de alta velocidad están bastante avanzadas, tanto en la provincia de Ciudad Real como en la de Toledo, y los trabajos para la construcción de la autovía están prácticamente terminados. Nada se ha hecho al respecto y nadie muestra preocupación por el impacto que estas magnas obras puedan producir sobre los yacimientos de la zona.

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No se han tomado las medidas necesarias para llevar a cabo una labor preventiva y, en último caso, de salvamento.

Sin embargo, no se trata de casos aislados, pues otras obras se están llevando a cabo o están proyectadas (carretera nacional 430 y 420, construcción de varios pantanos, etcétera) sin que existan planes concretos en este sentido.

No cabe duda de que seguimos siendo una comunidad silenciosa y aparentemente apacible, en la que todo parece ir bien y a nadie parece importar que las cosas no funcionen; en la que los máximos responsables pueden dejar de hacer porque a nadie parece importar si hacen o no, a juzgar por su repetido silencio. Pero yo me pregunto qué pensarán madrileños y andaluces cuando vean nuestra Ímpasivídad ante tan ímportantes problemas.

No sería extraño que creyeran que en esta tierra, una vez mas, los intereses de Sancho y Don Quijote siguen siendo irreconciliables.- Arqueóloga.

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