Dinero para la paz

La objeción fiscal en España se inició en el año 1982 a través de la Asamblea Andaluza de No Violencia, después de que el Gobierno aprobara la ley de dotaciones presupuestarias en la que se homologan las Fuerzas Armadas españolas a las de la OTAN. Antonio Poleo, de Málaga, oficial segunda verificador en la cadena de montaje de una empresa que fabrica aparatos telefónicos, fue el primer objetor fiscal de España. "Era una incongruencia plantear una sociedad desmilitarizada mientras se pagaba los impuestos destinados a la compra de armamento. La primera vez, la declaración de la renta me salió ne...

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La objeción fiscal en España se inició en el año 1982 a través de la Asamblea Andaluza de No Violencia, después de que el Gobierno aprobara la ley de dotaciones presupuestarias en la que se homologan las Fuerzas Armadas españolas a las de la OTAN. Antonio Poleo, de Málaga, oficial segunda verificador en la cadena de montaje de una empresa que fabrica aparatos telefónicos, fue el primer objetor fiscal de España. "Era una incongruencia plantear una sociedad desmilitarizada mientras se pagaba los impuestos destinados a la compra de armamento. La primera vez, la declaración de la renta me salió negativa. Retiré una parte y entregué a Derechos Humanos el 8,7%. El funcionario de Hacienda no me reclamó nada. Desde entonces hago objeción fiscal. El año pasado entregué unas 10.000 pesetas para colaborar con el proyecto contra el campo de tiro en Anchuras (C1 udad Real)", comenta Poleo.La objeción fiscal no está reconocida en la Constitución de ningún Estado, a pesar de que en algunos países hay cierta tolerancia hacia los objetores. Bélgica es la única nación en la que se ha presentado un proyecto de ley que permitiría desgravar el 8,7% de los impuestos, que se destinaría a proyectos para la paz y la solidaridad. En la República Federal de Alemania los objetores desgravaban la cantidad simbólica de 5,72 marcos en recuerdo de los 572 euromisiles que había instalados en suelo alemán. En Francia los objetores destinan una parte de sus impuestos a un proyecto pacifista concreto (como la oposición a campo e tiro en Larzac o a la construcción de un nuevo submarino nuclear). En Canadá y Gran Bretaña las autoridades tributarias muestran cierta tolerancia, al considerar como donativo el dinero desviado por objeción fiscal.

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En España la asamblea estatal de objetores fiscales escogen dos proyectos, uno internacional y otro nacional, a los que se destina el dinero desviado por objeción fiscal. Este año se ha elegido un proyecto agropecuario de la organización Plenty en la República africana de Lesoto, y a una cooperativa agropecuaria del Sindicato de Obreros del Campo (SOC), en Andalucía.

El espectro sociológico de los objetores fiscales abarca fundamentalmente a miembros del movimiento pacifista, organizaciones cristianas y sectores de la antigua izquierda extraparlamentaria. Por lo general, los ingresos mensuales de los objetores fiscales no superan las 125.000 pesetas.

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