UNA NUEVA EUROPA

Los dirigentes búlgaros consideran improbable que se celebre el juicio contra Yivkov

El juicio contra el derrocado jefe del Estado y del Partido Comunista de Bulgaria, Todor Yivkov, es "extremadamente improbable" que llegue a celebrarse debido al temor que suscita entre muchos dirigentes lo que pueda decir en el proceso, se afirma en medios del citado partido. Yivkov no se encuentra internado en una unidad de vigilancia intensilva, como se rumorea estos días en Sofía. Ha sufrido, sin embargo, un grave deterioro de su estado de salud y ánimo al habérsele retirado el suministro de un gran número de estimulantes y medicamentos que tomaba con asiduidad, según medios del partido co...

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El juicio contra el derrocado jefe del Estado y del Partido Comunista de Bulgaria, Todor Yivkov, es "extremadamente improbable" que llegue a celebrarse debido al temor que suscita entre muchos dirigentes lo que pueda decir en el proceso, se afirma en medios del citado partido. Yivkov no se encuentra internado en una unidad de vigilancia intensilva, como se rumorea estos días en Sofía. Ha sufrido, sin embargo, un grave deterioro de su estado de salud y ánimo al habérsele retirado el suministro de un gran número de estimulantes y medicamentos que tomaba con asiduidad, según medios del partido comunista.Se habla también de retrasar el juicio para después de las elecciones. En la actual dirección son muchas las personas con un fuerte interés en que Yivkov no hable. No obstante, dada la rápida descomposición del régimen, en los próximos meses podrían salir a la luz, por un conducto u otro, revelaciones sobre algunos de los escándalos más oscuros en que se vió envuelto el Estado búlgaro bajo Yivkov, desde el atentado contra el Papa Juan Pablo II hasta las misteriosas muertes de disidentes en Occidente.

La existencia en el pasado de campos de entrenamiento para terroristas y la complicidad en el tráfico de armas y de drogas por parte de miembros destacados del clan de Boyana son otros escándalos que podrían estallar pronto, dada la creciente apertura. El nuevo primer ministro, Andrei Lukianov, tiene "una firme voluntad de acabar con el lodazal causado por estos mafiosos que han gobernado Bulgaria", señalaba ayer un miembro reformista del partido. "No obstante, Yivkov se llevará a la tumba el secreto de muchos de sus crímenes y despropósitos".

El derrocamiento de Yivkov fue, de hecho, un golpe de Estado. El ministro de Defensa, Dobri Diurov, llegó a sacar los carros de combate de los cuarteles de Gama Banja, cerca de la residencia presidencial de Boyana.

El ministro del interior, Dumitri Stoianov, en un intento de contragolpe para erigirse él en sucesor de Yivkov envió gran número de miembros de la policía política a la sede del Comité Central y al consejo de ministros para intentar detener a Mladenov, a Atanassov y a Diurov.

Las tropas enviadas por el ministro de Defensa neutralizaron a las fuerzas policiales y se cumplió la advertencia que Diurov hizo a Stoianov. Este último se encuentra bajo arresto domiciliario.

El juicio de Yivkov liquidaría políticamente a numerosos miembros de la cúpula política y son muchos los que consideran que de no estar totalmente quebrada su salud, Yivkov ajustaría cuentas en el juicio. Mladenov, que ha sido ministro de Asuntos Exteriores bajo Yivkov durante casi dos décadas, es consciente de ello.

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El 10 noviembre pasado, Mladenov decía: "Permítanme agradecer al compañero Todor Yivkov su entrega fiel a la causa del partido y de la revolución. Después del triunfo y durante más de tres décadas, Todor Yivkov desarrolló una importante labor para la transformación socialista del país".

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