El Patrimonio vende Imepiel por 100 millones a un grupo catalán encabezado por Cusí

El Consejo de Ministros aprobará el próximo viernes la venta de Industrias Mediterráneas de la Piel (Imepiel) a la firma catalana Círculo de Gestión y Financiación, según informó ayer el presidente del comité de empresa, Alfonso López. Esta empresa, participada principalmente por los empresarios José Cusí y Ángel Rodríguez, desembolsará 100 millones de pesetas por la adquisición de la sociedad peletera de la localidad castellonense de Vall d'Uixó.Según los datos aportados por el presidente del comité de empresa, la venta supone, además, la aportación de 4.000 millones de pesetas por parte del ...

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El Consejo de Ministros aprobará el próximo viernes la venta de Industrias Mediterráneas de la Piel (Imepiel) a la firma catalana Círculo de Gestión y Financiación, según informó ayer el presidente del comité de empresa, Alfonso López. Esta empresa, participada principalmente por los empresarios José Cusí y Ángel Rodríguez, desembolsará 100 millones de pesetas por la adquisición de la sociedad peletera de la localidad castellonense de Vall d'Uixó.Según los datos aportados por el presidente del comité de empresa, la venta supone, además, la aportación de 4.000 millones de pesetas por parte del Estado. Esta aportación responde al saneamiento que ha tenido que realizar para borrar la deuda. La Administración también se comprometió a apoyar el plan de diversificación de la sociedad que, inevitablemente, tendrá que abordar la firma compradora para reflotar la antigua Segarra, hoy propiedad de la Dirección General del Patrimonio del Estado. La primera medida será la ampliación de capital en 2.500 millones de pesetas, con obligación a un desembolso inicial del 25%.

Las negociaciones con la empresa catalana se extendieron durante la práctica totalidad del pasado año. Al principio, también estaba presente en el grupo el empresario italiano Trussardi, que abandonó su interés al fracasar el primer intento. A finales de noviembre estuvo a punto de romperse la negociación con los empresarios catalanes al oponerse un socio, Antonio Carrillo, a las exigencias sociales establecidas por el comité de empresa.

El principal impacto de la venta es el recorte de la plantilla de 1.468 a 700 personas. El comité fijó la reducción máxima en 395 personas.

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