El cambio llega a Mongolia.
Desafiando el frío y la nieve, cientos de mongoleses se manifestaron el pasado domingo en Darkhan, a 150 kilómetros de la capital, para reivindicar cambios democráticos en ese país de 1,8 millones de habitantes, situado en el noreste asiático. Fue la primera reivindicación política que los organizadores del movimiento Unión Democrática Mongolesa (IDM) celebraban fuera de la capital, Ulan Bator. Los vientos de cambio procedentes del Este europeo han llegado también a ese remoto país asiático, bajo tutela de Moscú, exigiendo democracia y pluralismo político y acabar con el dilatado monopolio del...
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Desafiando el frío y la nieve, cientos de mongoleses se manifestaron el pasado domingo en Darkhan, a 150 kilómetros de la capital, para reivindicar cambios democráticos en ese país de 1,8 millones de habitantes, situado en el noreste asiático. Fue la primera reivindicación política que los organizadores del movimiento Unión Democrática Mongolesa (IDM) celebraban fuera de la capital, Ulan Bator. Los vientos de cambio procedentes del Este europeo han llegado también a ese remoto país asiático, bajo tutela de Moscú, exigiendo democracia y pluralismo político y acabar con el dilatado monopolio del partido comunista.