Una historia interminable

El Plan de Cercanías Ferroviarias, concebido en 1973, actualizado en 1977 e iniciado a comienzos de los década de los ochenta, es como la historia interminable. En 1980 el entonces ministro de Transportes, José Luis Álvarez, presentó el plan, que preveía un aumento de la oferta capaz de atender a 500.000 viajeros diarios en 1992.

Dos años después de su presentación, el plan apenas se había iniciado, por lo que Ayuntamiento, la Comisión de Planeamiento y Coordinación del Área Metropolitana y el Ministerio de Transportes acordaron crear una comisión de apoyo. Un año después el Ministe...

El Plan de Cercanías Ferroviarias, concebido en 1973, actualizado en 1977 e iniciado a comienzos de los década de los ochenta, es como la historia interminable. En 1980 el entonces ministro de Transportes, José Luis Álvarez, presentó el plan, que preveía un aumento de la oferta capaz de atender a 500.000 viajeros diarios en 1992.

Dos años después de su presentación, el plan apenas se había iniciado, por lo que Ayuntamiento, la Comisión de Planeamiento y Coordinación del Área Metropolitana y el Ministerio de Transportes acordaron crear una comisión de apoyo. Un año después el Ministerio de Transportes se hizo cargo de la ejecución directa del plan, dando un impulso a las obras, en ese momento muy retrasadas.

En 1986 y 1987 el ministerio aseguró reiteradamente que el plan estaría terminado para 1992. Sin embargo, a comienzos de 1989 el entonces alcalde, Juan Barranco, y el presidente de la Comunidad, Joaquín Leguina, en el plan de tráfico y transportes entregado al presidente de Gobierno, Felipe González, consideraban que eran, necesario incrementar al menos en un 50% el número de trenes de cercanías.

En mayo pasado, el director. de Cercanías de Renfe reconocía la existencia de retrasos en algunas de las obras y anunciaba la inversión de 75.000 millones para acelerarlo. En ese momento el número de viajeros diarios ascendía a 250.000. EI plan volvió a ser presentado 12 días después por el ministro de Transportes.

El anuncio de Renfe causó sorpresa y malestar entre los responsables del Consorcio Regional de Transportes, para quienes los nuevos planes no habían sido recogidos en el estudio entregado a Felipe González y, por lo tanto, se desconocía cómo podían afectar al resto de los transportes públicos de la capital.