Bonn desbloquea el camino hacia la unión monetaria europea,

El Gobierno de la República Federal de Alemania (RFA) hizo pública ayer su decisión de no retrasar, contra lo que había defendido hasta ahora, la apertura de la reunión intergubernamental destinada a preparar la futura unión monetaria europea. Asimismo, Bonn aceptó la propuesta francesa de que la conferencia se abra a finales de 1990, coincidiendo con la cumbre que dará fin a la presidencia italiana de la Comunidad Europea.

El anuncio fue hecho poco después de que el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, advirtiera de forma velada al canciller de la RFA, Helmut Kohl, sobre ...

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El Gobierno de la República Federal de Alemania (RFA) hizo pública ayer su decisión de no retrasar, contra lo que había defendido hasta ahora, la apertura de la reunión intergubernamental destinada a preparar la futura unión monetaria europea. Asimismo, Bonn aceptó la propuesta francesa de que la conferencia se abra a finales de 1990, coincidiendo con la cumbre que dará fin a la presidencia italiana de la Comunidad Europea.

El anuncio fue hecho poco después de que el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, advirtiera de forma velada al canciller de la RFA, Helmut Kohl, sobre los peligros que podían acarrear sus recelos ante la cumbre europea que se inaugura hoy en Estrasburgo. El presidente del Gobierno español, Felipe González, a su llegada anoche a esa ciudad, vaticinó que habrá un acuerdo sobre la conferencia intergubernamental, pero matizó: "Hay que intentar compatibilizar los intereses de todos".Delors había acusado a Kohl de intentar el retraso de la unión monetaria utilizando como pretexto su postura a favor de que esta cumbre inicie el debate sobre la potenciación del Parlamento Europeo (el canciller de la RFA había expresado tal propuesta en una carta dirigida al presidente francés, FranQois Mitterrand).

El presidente de la Comisión, al enumerar los diversos retos de la cumbre de hoy -entre ellos la necesidad de aumentar la ayuda a los países del Este en vías de democratización-, subrayó que el principal peligro que planea sobre Estrasburgo es precisamente el desenganche de la RFA.

Para los observadores, las duras declaraciones de Delors pretendían presionar a Bonn -que necesita el apoyo europeo en sus planes de reunificación alemana- para que se adhiriese, como ha sucedido, a la propuesta defendida por París de que la conferencia intergubernamental sea inaugurada a finales de 1990.

Por su parte, el Gobierno de la RFA, con gran rapidez, rechazó las acusaciones francesas, así como que la intervención de Delors haya sido decisiva en su cambio de actitud. "No puedo hablar de presiones", dijo el ministro de Exteriores, Hans-Dietrich Genscher.

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