Un gesto
El pasado día 11 de noviembre, sábado, acudí al Palacio de Comunicaciones de Madrid para poner un giro telegráfico. Cuando abandoné la ventanilla correspondiente y me hallaba ya a unos 20 metros de la misma, la funcionaria que me había atendido me llamó y me informó de que probablemente le había entregado 5.000 pesetas más de la cuenta, y me dijo que, si acudía a las dos de la tarde, podría confirmármelo o no tras realizar el balance de la caja. No pude acudir a esa hora que había convenido con ella, y lo hice a las cuatro. La funcionaria que la había relevado en sus funciones me entregó un so...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
El pasado día 11 de noviembre, sábado, acudí al Palacio de Comunicaciones de Madrid para poner un giro telegráfico. Cuando abandoné la ventanilla correspondiente y me hallaba ya a unos 20 metros de la misma, la funcionaria que me había atendido me llamó y me informó de que probablemente le había entregado 5.000 pesetas más de la cuenta, y me dijo que, si acudía a las dos de la tarde, podría confirmármelo o no tras realizar el balance de la caja. No pude acudir a esa hora que había convenido con ella, y lo hice a las cuatro. La funcionaria que la había relevado en sus funciones me entregó un sobre cerrado que contenía 5.000 pesetas.-