González acepta crear una comisión parlamentaria que investigue con rigor el censo electoral

EL PAÍS, El presidente del Gobierno en funciones, Felipe González, causó sorpresa ayer en el Congreso al afirmar, al comienzo de su intervención en el debate de investidura como candidato a la reelección, que se someterá a la cuestión de confianza una vez que se repitan las elecciones legislativas en Murcia y Pontevedra. Este trámite tiene como objetivo comprobar el respaldo del Ejecutivo y hasta con el apoyo de la mayoría simple para superar con éxito el examen. Este propósito no altera el proyecto de González de formar Gobierno la semana próxima, según medios de su entorno. Emplazado por el ...

EL PAÍS, El presidente del Gobierno en funciones, Felipe González, causó sorpresa ayer en el Congreso al afirmar, al comienzo de su intervención en el debate de investidura como candidato a la reelección, que se someterá a la cuestión de confianza una vez que se repitan las elecciones legislativas en Murcia y Pontevedra. Este trámite tiene como objetivo comprobar el respaldo del Ejecutivo y hasta con el apoyo de la mayoría simple para superar con éxito el examen. Este propósito no altera el proyecto de González de formar Gobierno la semana próxima, según medios de su entorno. Emplazado por el Grupo Popular, el líder socialista aceptó la creación de una comisión parlamentaria que investigue "el censo con rigor" según propuesta de José María Aznar, líder del PP.

Tanto el anuncio de la cuestión de confianza como la propuesta del Grupo Popular de reparar errores detectados en el proceso electoral reflejaron la preocupación que entre los dirigentes políticos han producido las irregularidades constatadas en las elecciones a diputados.En un discurso de una hora de duración, más breve que en las dos anteriores ocasiones, Felipe González hizo una exposición de sus proyectos gubernamentales que no son sino un resumen del programa electoral con el que su partido se presentó a las elecciones. Los portavoces de la oposición coincidieron en mostrar un notable escepticismo sobre las ofertas de consenso así como en la plasmación efectiva de las promesas electorales.

El presidente del Gobierno en funciones tuvo que escuchar de los dos portavoces que ayer intervinieron, José María Aznar Grupo Popular) y Miquel Roca (Grupo Catalán), abundantes alusiones a su gestión gubernamental en los siete años. Éstos se basaron en ese septenio para permitirse dudar sobre la credibilidad del discurso del candidato.

Felipe González formuló una oferta de consenso global justificándola por los grandes retos que tiene que afrontar este país de cara a 1992, así como por la gran envergadura de las soluciones que piensa plantear de cara a la creación de empleo, el desarrollo del Estado autonómico y en modificaciones de tipo penal. Los portavoces intervinientes dejaron ver, sin embargo, que estas ofertas de diálogo lo eran por razón de la estrecha mayoría con la que ahora cuenta el partido socialista.

Felipe González, en su línea de los últimos meses, abogó por el crecimiento sostenido de la economía para, a partir de ahí, realizar una política social más extensa, insistiendo en que para él la economía sólo es un instrumento para dotar de mayor bienestar a la sociedad.

Desconfianza

El presidente del Grupo Popular, José María Aznar, que por primera vez interviene en un debate de estas características, adoptó una actitud de total desconfianza hacia González. "Lo malo es que usted ya no es creíble", dijo. El nuevo líder electoral del Partido Popular pidió al futuro presidente del Gobierno socialista que en la concertación social no se atrinchere "en posiciones numantinas y no convierta desavenencias ideológicas de familia en asuntos de Estado".

Miquel Roca tuvo una de las intervenciones más duras de las que se le recuerdan en la Cámara, aunque no abandonó su actual tono correcto y moderado que tanto le suele agradecer González. Después de criticar la política económica socialista, "porque produce aumento de las desigualdades", calificó de "restrictiva" la política autonómica, que produce, a su juicio, frustración en sectores que han apoyado la Constitución.

Miquel Roca tranquilizó a Felipe González en el sentido de que su grupo seguía apoyando "con tenacidad" la Carta Magna, aunque anunció que su partido iba a "reflexionar" sobre la composición y la forma de elección de los miembros del Tribunal Constitucional.

La decisión de la mayoría de los partidos representados en el Congreso de los Diputados, de la que ayer se hizo eco su presidente, Félix Pons, de no conceder la condición plena de diputados a los electos de Herri Batasuna, fue otra de las notas ¿estacadas de la jornada.

Los tres electos de Herri Batasuna, que ayer reiteraron su intención de acudir al Congreso cuando el diputado Iñaki Esnaola se recupere de las heridas del atentado del pasado 20 de noviembre en el que murió asesinado Josu Muguruza, no podrán intervenir en la Cámara hasta que no realicen su acatamiento constitucional conforme a la fórmula establecida por igual para todos los diputados.

Próximo regreso

La actitud contestataria de los diputados de HB no rebasó determinados límites. Sólo la posición desafiante de Ángel Alcalde al salir del hemiciclo provocó algunas tibias protestas desde los escaños. Los diputados electos de Herri Batasuna, en la sala de conferencias del Congreso, reiteraron su voluntad de regresar a la Cámara y su intención de facilitar la negociación entre Gobierno y ETA.

En cuanto a la situación de Ángel Alcalde, pasará a competencia de la comisión de Estatutos del Congreso que, previsiblemente, someterá al próximo pleno de la Cámara el levantamiento de la inmunidad parlamentaria del electo de Herri Batasuna procesado por los tribunales.

A partir de ese momento, será el Tribunal Supremo quien decida sobre el encarcelamiento o libertad provisional de Ángel Alcalde.