El fin de un disidente

Julen Elgorriaga, un veterano militante socialista de 48 años, comprobó ayer que la dirección del PSOE y el Gobierno no admiten corrientes de opinión críticas en su seno.El alineamiento de Elgorriaga con las posturas de Ricardo Garcia Damborenea en el congreso de los socialistas vascos en junio de 1988 provocó el ingreso de ambos en la lista negra del sector oficial del PSOE. Elgorriaga apoyó la candidatura de Damborenea a la secretaría general de los socialistas vascos frente al sector oficialista que encabezaban Txqui Benegas y Ramón Jáuregui.

La candidatura del entonces secretario ge...

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Julen Elgorriaga, un veterano militante socialista de 48 años, comprobó ayer que la dirección del PSOE y el Gobierno no admiten corrientes de opinión críticas en su seno.El alineamiento de Elgorriaga con las posturas de Ricardo Garcia Damborenea en el congreso de los socialistas vascos en junio de 1988 provocó el ingreso de ambos en la lista negra del sector oficial del PSOE. Elgorriaga apoyó la candidatura de Damborenea a la secretaría general de los socialistas vascos frente al sector oficialista que encabezaban Txqui Benegas y Ramón Jáuregui.

La candidatura del entonces secretario general de los socialistas vizcaínos y actual promotor de la corriente Democracia Socialista, Ricardo García Damborenea, resultó vencida por escaso margen de votos, pero el aparato iniciaría desde ese momento su lento acoso.

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El ex delegado del Gobierno en el País Vasco es sin duda uno de los mayores expertos en la lucha antiterrorista al frente de la cual ha estado más de siete años en Euskadi, parte de ellos como gobernador civil de Guipúzcoa.

Lucha contra ETA

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Algunas de sus tesis fueron duramente contestadas por los nacionalistas, aunque su labor contra ETA ha sido reconocida en otros medios políticos.

Elgorriaga y García Damborenea defendieron también posturas más rígidas y radicales frente al espinoso asunto de las negociaciones con ETA en la primera fase de las cuales el ahora ex delegado del Gobierno en el País Vasco fue el primer interlocutor que tuvo Etxebeste en Argel.

Elgorriaga y Damborenea defendían que con ETA sólo se podía negociar la entrega de las armas y una generosa reinserción frente a las posturas de Rafael Vera, partidario de tender puentes a la organización terrorista para buscar una salida pacífica contra la violencia. Ambos han insistido en la ineficacia de las conversaciones en Argel.

La llegada de José Luis Corcuera, ex dirigente ugetista transformado en hombre duro del aparato, al Ministerio del Interior presagiaba el final que ayer llegó a través de una escueta orden en el Boletín Oficial del Estado.

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