Defensa paga pensiones a viudas de soldados que no figuran en la lista de muertos

El Ministerio de Defensa incluye en la relación de pensiones pagadas a padres y viudas de muertos en el servicio militar más de medio centenar de casos que no figuran en las listas oficiales de soldados fallecidos. Las estadísticas sobre muertes en la mili presentan numerosas y graves anomalías. Defensa asegura que entre 1983 y 1987 hubo 508 muertes en el servicio militar, sin contar las que tuvieron causas ajenas al mismo, pero sus documentos acreditan al menos 566 defunciones.

El Ministerio de Defensa remitió al Congreso en julio del pasado año diversos documentos relacionados con los...

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El Ministerio de Defensa incluye en la relación de pensiones pagadas a padres y viudas de muertos en el servicio militar más de medio centenar de casos que no figuran en las listas oficiales de soldados fallecidos. Las estadísticas sobre muertes en la mili presentan numerosas y graves anomalías. Defensa asegura que entre 1983 y 1987 hubo 508 muertes en el servicio militar, sin contar las que tuvieron causas ajenas al mismo, pero sus documentos acreditan al menos 566 defunciones.

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El Ministerio de Defensa remitió al Congreso en julio del pasado año diversos documentos relacionados con los accidentes y suicidios en la mili, a petición del diputado del Centro Democrático y Social (CDS) Francisco Javier Moldes Fontán.El primero de dichos documentos era un gráfico con el número de soldados muertos en el servicio militar entre el 1 de enero de 1983 y el 14 de junio de 1988; el segundo, un listado completo con los nombres de los fallecidos y las causas de las muertes; el tercero, una relación de los casos en los que el fallecimiento ha generado una pensión para los familiares; el último, una lista de las indemnizaciones tramitadas por igual motivo.

Todos estos documentos debían coincidir entre sí, pues se referían al mismo objeto. Así ocurría, en efecto, entre los dos primeros: el número de muertes admitidas por Defensa coincidía con el de soldados incluidos en la lista de fallecidos; a pesar de que, al dar la cifra de fallecimientos, no se advertía que se habían excluido los originados por causas "ajenas al servicio", lo que sí se hacía constar en el listado de víctimas.

Sin embargo, un cotejo de la relación oficial de fallecidos con la de muertes que han generado derecho a pensión revela graves anomalías. EL PAÍS ha podido contabilizar 54 casos de fallecimientos por los que el Estado paga pensión y que, sin embargo, no figuran en la relación de defunciones. De estas muertes, 25 se produjeron en 1983; 16 en 1984; seis en 1985; cuatro en 1986; y tres en 1987. No hay datos completos de años posteriores.

Nombres alterados

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En otros 24 casos se observan importantes diferencias entre los nombres o apellidos de las víctimas al comparar ambas listas, hasta el punto de que se suscitan serias dudas sobre su verdadera identidad. Por ejemplo, en la relación nominal de muertos aparece Miguel Soler Pérez-Puig y en la de fallecimientos que dieron lugar a pensión se icluye a Miguel Pérez Solero-Puig; Constantin Guillamet Camafreita es en la lista de víctimas Constantino Guillamet Canfeites y Leonardo Jurado Veloso debe ser el mismo que Leonardo Jurado Velasco, etcétera.

Todos los incluidos en el listado de pensiones deberían figurar en el de fallecidos pues, según explica Defensa en dicha documentación, el derecho a percepción económica para padres o viudas se genera "en caso de fallecimiento en el curso del servicio militar, siempre que hubiera acaecido en acto de servicio y como consecuencia del mismo".

A pesar de que legalmente un suicidio no puede dar derecho al cobro de una pensión, dos muertes que, según el listado oficial, tuvieron esta causa, la de J. M. G. R. y la de J. O. C., aparecen como generadoras de una pensión en el documento correspondiente. Otro presunto suicidio, el de L. S. O., figura como causa de una de las indemnizaciones que se abonaron hasta 1985. En la relación de indemnizaciones aparecen otras tres muertes (sucedidas en los años 1985, 1986 y 1987) que no figuran en la lista oficial de fallecimientos.

Si sumamos los casos acreditados por medio de pensiones e indemnizaciones a los reconocidos por el Ministerio de Defensa, tenemos un total de 566 muertes en la mili en el quinquenio 1983-87, frente a las 508 que reflejan las estadísticas oficiales. En estas cifras no se contabilizan las muertes atribuidas a causas ajenas al servicio, sobre todo accidentes de tráfico, que habitualmente casi han doblado las originadas por causas militares.

Otra anomalía que se repite en las estadísticas remitidas al Cogreso por el Ministerio de Defensa es la de fechar en el día 0 del mes el fallecimiento de soldados. Así se hace en 45 casos: 19 de 1983; 21 del 84; dos del 85; uno del 86 y dos del 87.

Imprecisión

La imprecisión a la hora de definir los motivos de las muertes es también una constante. Del medio millar de fallecimientos incluidos en la relación oficial, hay 60 de los que sólo se dice que tuvieron un origen militar distinto al habitual (accidente con vehículos, herida con arma y suicidio), 27 cuya causa aparece "sin determinar" y 45 en los que el motivo de la muerte se deja en blanco.

Especialmente incompleta es la relación de 1985, en la que se dejan sin causa precisa más de la mitad de las muertes (69 sobre 135), hasta el punto de que el propio Ministerio de Defensa, en un escrito adjunto, se siente obligado a justificar esta imprecisión "por no disponerse de datos sobre las circunstancias de los accidentes", a pesar de que, en el momento en que se envió la documentación, habían trascurrido entre tres y cuatro años desde que sucedieron los mismos.

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