La UGT portuguesa critica la ley de privatizaciones

El ministro portugués de Finanzas, Miguel Cadilhe, que viajó a Washington para asistir a la asamblea conjunta del FMI y del Banco Mundial, inauguró con un encuentro con Mario Conde una serie de contactos con banqueros extranjeros, oficialmente relacionados con el proceso de las privatizaciones en Portugal, y más concretamente con las privatizaciones de la banca estatal portuguesa.

El borrador de la nueva ley Cuadro de las Privatizaciones fue ya sometido al examen de las asociaciones patronales y sindicales. Las primeras reacciones han sido positivas por parte de las primeras (que co...

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El ministro portugués de Finanzas, Miguel Cadilhe, que viajó a Washington para asistir a la asamblea conjunta del FMI y del Banco Mundial, inauguró con un encuentro con Mario Conde una serie de contactos con banqueros extranjeros, oficialmente relacionados con el proceso de las privatizaciones en Portugal, y más concretamente con las privatizaciones de la banca estatal portuguesa.

El borrador de la nueva ley Cuadro de las Privatizaciones fue ya sometido al examen de las asociaciones patronales y sindicales. Las primeras reacciones han sido positivas por parte de las primeras (que consideran satisfechas sus principales reivindicaciones de mayor liberalización y flexibilidad en relación a la actual legislación) y fuertemente negativas por parte de los sindicatos y en particular de la UGT, que considera que se trata de un auténtico "cheque en blanco al Gobierno", que quedaría prácticamente autorizado a determinar "caso por caso" el proceso a seguir para la privatización de cada empresa y, sobre todo, el "techo" para la toma de participaciones de los extranjeros.Además del encuentro con el presidente de Banesto, Miguel Cadilhe tenía también en agenda, durante su estancia en Washington, reuniones privadas con Mark Vierot, de la Société Générale y con los representantes del grupo Paribas y del Banco de Tokio.

Estos grupos son los que se muestran más directamente interesados en las primeras operaciones de privatización de la banca portuguesa, con una importante intervención, en el caso de Banesto, en la privatización -parcial- del Banco Totta e Añores (BTA) en asociación con la sociedad financiera liderada por José Roquete.

A pesar del secretismo que rodea los planes del Gobierno de Lisboa al respecto, los medios especializados dan como "prácticamente segura" la elección del Banco Portugués del Atlántico (BPA) para esta primera operación de reprivatización y avanzan una fecha, marzo de 1990, para su concreción. El ministro portugués de Finanzas pertenece, profesionalmente, al BPA.

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