El huracan 'Hugo' azota Puerto Rico con vientos de 200 kilómetros por hora

Puerto Rico quedó ayer prácticamente aislado del resto del inundo después de ser azotado por el huracán Hugo con vientos superiores a los 200 kilómetros por hora. Horas antes, Hugo, el peor huracán registrado en el Caribe en los últimos 10 años, había sembrado el pánico en las Antillas francesas y en las islas Vírgenes norteamericanas, dejando tras de sí una estela de destrucción y causando por lo menos nueve muertos, seis de ellos en la isla francesa de Guadalupe.

Las comunicaciones telefónicas con Puerto Rico quedaron cortadas a primera hora de la madrugada del lunes, y las únicas not...

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Puerto Rico quedó ayer prácticamente aislado del resto del inundo después de ser azotado por el huracán Hugo con vientos superiores a los 200 kilómetros por hora. Horas antes, Hugo, el peor huracán registrado en el Caribe en los últimos 10 años, había sembrado el pánico en las Antillas francesas y en las islas Vírgenes norteamericanas, dejando tras de sí una estela de destrucción y causando por lo menos nueve muertos, seis de ellos en la isla francesa de Guadalupe.

Las comunicaciones telefónicas con Puerto Rico quedaron cortadas a primera hora de la madrugada del lunes, y las únicas noticias que se tenían de la isla procedían de los radioaficionados cuyas instalaciones podían funcionar.El aeropuerto internacional de San Juan quedó cerrado a medianoche del domingo poco después de que las compañías aéreas organizasen un verdadero puente aéreo para evacuar a los miles de turistas que se encontraban en la antigua provincia española.

Llamamiento del gobernador

A lo largo de todo el domingo, las emisoras de radio locales transmitieron una apelación del gobernador, Rafael Hernández Colón, a la población en la que la primera autoridad puertorriqueña advertía de la gravedad de la situación. "Se trata de un huracán extremadamente peligroso que no se debe tomar a la ligera", exhortó Hernández Colón, que poco antes había declarado el estado de alerta en toda la isla. Durante todo el fin de semana, la población tomó las precauciones habituales en estos casos, y que consisten principalmente en el afianzamiento de ventanas y puertas con paneles de madera.

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Entre tanto, el Gobierno insular evacuó a centenares de familias cuyas viviendas se encontraban cercanas a la costa o en valles y hondonadas en previsión de inundaciones desencadenas por las lluvias torrenciales que provocan este tipo de huracanes. Hernández Colón manifestó que el peligro se prolongaría hasta la medianoche del lunes.

El ojo, en Río Grande

Según la cadena de televisión CNN, el ojo del huracán golpeó la localidad de Río Grande, en la costa norte de Puerto Rico, a las siete de la mañana, hora local (una de la tarde, hora peninsular). Río Grande es un centro de veraneo situado a unos 40 kilómetros al este de San Juan donde los residentes de la capital tienen una segunda vivienda para pasar los fines ¿le semana.

A la hora de transmitir esta crónica, y debido a la ausencia de comunicaciones, no se conocían los daño, causados por Hugo. Sin embargo, técnicos del Centro Nacional Meteorológico de Miami expresaron su temor de que la destrucción fuera considerable dada la fuerza del huracán. Hugo se mueve lentamente en dirección Oeste-Noroeste a una velocidad de unos 16 kilómetros por hora en un frente de 480 kilómetros, que puede barrer literalmente los 160 kilómetros de ancho de la isla.

Noticias procedentes de Guadalupe informan que, a su paso por la isla el domingo, Hugo provocó el caos, con ráfagas de viento superiores a los 210 kilómetros por hora, que derribaron todas las líneas de teléfono y de suministro de energía eléctrica y dejaron a decenas de miles de personas sin hogar.

Según las primeras estimaciones, el 75% de las carreteras de la isla está dañado, y el 90% de la cosecha bananera, destruido. La torre de control del aeropuerto de Saint-François fue derribada por la fuerza del huracán, y los aviones de socorro tenían que aterrizar utilizando únicamente la aproximación visual. En Saint Thomas, una de las islas Vírgenes norteamericanas, el 35% de las viviendas quedó destruido.

Puerto Rico y las islas Vírgenes sufrieron hace 10 años los efectos devastadores de otro huracán, el David, que causó unas 1.200 víctimas mortales.

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