Huelgas y protestas envuelven las elecciones de hoy en Suráfrica

Una gran disputa religiosa se ha originado en Suráfrica después de que el Ejército y la policía uniformada profanaran el lunes por la noche la catedral de San Jorge en Ciudad del Cabo al entrar en su interior e impedir que se celebrara un oficio religioso, mientras las protestas Políticas y las huelgas contra las elecciones legislativas de hoy se sucedían por todo el país. El grupo antisegregacionista Movimiento Democrático de Masas (MDM) ha anunciado que las protestas seguirán después de las elecciones.

Del 13 de septiembre al 13 de octubre, el MDM ha pedido que "el pueblo [negro] reti...

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Una gran disputa religiosa se ha originado en Suráfrica después de que el Ejército y la policía uniformada profanaran el lunes por la noche la catedral de San Jorge en Ciudad del Cabo al entrar en su interior e impedir que se celebrara un oficio religioso, mientras las protestas Políticas y las huelgas contra las elecciones legislativas de hoy se sucedían por todo el país. El grupo antisegregacionista Movimiento Democrático de Masas (MDM) ha anunciado que las protestas seguirán después de las elecciones.

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Del 13 de septiembre al 13 de octubre, el MDM ha pedido que "el pueblo [negro] retire su poder de compra, en protesta contra el apartheid', dijo su portavoz, Titus Mafolo.A pesar de que la mayoría negra no puede votar en estas elecciones, los negros han dejado sentir su presencia en los actos y manifestaciones de protesta, bendecidos por los movimientos antisegregacionistas tales como el prohibido Congreso Nacional Africano (CNA) y el MDM, un grupo amorfo sin líderes formales ni programa concreto.

El arzobispo anglicano Desmond Tutu, vistiendo hábitos de color púrpura, portando una cruz de plata y echando agua bendita frente a la puerta principal, reconsagró ayer la catedral donde celebra sus oficios religiosos. El arzobispo exigió una disculpa del ministro de la Policía, Adrian Vlok, por lo que habían hecho sus hombres. "Esos actos fueron cometidos por aquellos que representan a un Gobierno que se proclama cristiano. Nos escandaliza que este tipo de actos se lleven a cabo en nombre de Dios", dijo Tutu durante una misa de desagravio.

Huelga general

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Mientras, en la víspera de la jornada electoral, una huelga nacional en todo el país parece que tuvo resultados mixtos. La convocatoria de dos días de paro laboral fue decidida por la federación sindical de trabajadores negros COSATU (Congreso de Sindicatos de Suráfrica) en protesta por las elecciones de hoy, en las que la mayoría negra no puede votar.

Al tiempo que cientos de miles de negros se quedaron en sus casas en la ciudad costera de Durban, alrededor del 39% de los trabajadores no acudieron asus puestos en Johanesburgo y sus alrededores. En Ciudad del Cabo el paro fue también muy irregular. Un portavoz de la Unidad de Seguimiento Sindical -un respetado grupo de investigación de la Universidad de Johanesburgo- dijo que existía gran confusión sobre si la convocatoria de huelga había sido fijada para el 5 o el 6 de septiembre, pero que en cualquier caso se esperaba una gran acción de protesta para el miércoles.

Mientras, el líder del gubernamental Partido Nacional y nominado para jefe del Estado, Frederik de Klerk, hizo un último llamamiento electoral pidiendo "una Suráfrica nueva y justa". En el mitin final de la campaña, en Johanesburgo, De Klerk dijo: "Si queremos asegurar un próspero y seguro futuro para nuestros hijos, tendremos que dar pasos imaginativos,- con un Gobierno fuerte, en los próximos cinco años". Durante su campaña, y en visitas a Europa y África, De Klerk ha destacado su deseo de reformar el sistema de discriminación racial que ha condicionado las actitudes y progresos de Suráfrica. Tanto él como varios de sus ministros han destacado que el apartheid no tiene sitio en el Partido Nacional.

Pero no parece probable que De Klerk tire por la ventana las últimas leyes raciales. Se ha comprometido a proteger los derechos de los grupos minoritarios, que incluyen las áreas sólo para blancos y otras facilidades.

La oposición política señala que De Klerk, que se espera retenga la sólida mayoría parlamentaria de su partido en las elecciones de hoy, no dispone de cinco años para implantar sus reformas políticas. Y añade que Margaret Thatcher podría pedir sanciones internacionales contra Petroria si en año y medio no se notan cambios significativos.

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