Terrícolas del mundo ...

"Nuestro país es el planeta", según proclamaron los jefes de Estado reunidos en La Haya. Pero, ¿cuál es la ciudadanía que se reserva para los 5.000 millones de terrícolas? De hecho, lo que nos conduce a una integración cada vez mayor de la comunidad mundial no es sino la inquietud ante el efecto de la actividad del hombre.La preocupación que orienta a la ecología científica no es tanto el individuo como la especie. Con esta ampliación de perspectiva, radical e ineludible, el espacio social tradicional queda potencialmente sumido en el biológico. Antes de que sea constatable cualquier progreso ...

"Nuestro país es el planeta", según proclamaron los jefes de Estado reunidos en La Haya. Pero, ¿cuál es la ciudadanía que se reserva para los 5.000 millones de terrícolas? De hecho, lo que nos conduce a una integración cada vez mayor de la comunidad mundial no es sino la inquietud ante el efecto de la actividad del hombre.La preocupación que orienta a la ecología científica no es tanto el individuo como la especie. Con esta ampliación de perspectiva, radical e ineludible, el espacio social tradicional queda potencialmente sumido en el biológico. Antes de que sea constatable cualquier progreso hacia una verdadera ciudadanía mundial, hay una especie de geodinámica humana, en la que el conjunto de los seres humanos deberá justificar ecológicamente su presencia sobre la Tierra.

Algunas obras científicas de divulgación ya consideran al hombre como "enzima de la Tierra" o "neurona del planeta", proyectando de forma imprudente en el mundo humano su universo especializado. Todos los programas, proyectos o metáforas aquí mencionados se refieren explícitamente a teorías de la organización. Pero aunque fascinantes por su inmanentismo progresista o por su credibilidad, son peligrosos por su tendencia a difuminar determinadas características de los seres sensibles y, en definitiva, a eliminar aquello que de más humano hay en el hombre.

17 de agosto