El papel de los 'jemeres rojos', clave de la conferencia de paz en Camboya

El papel de los jemeres rojos, responsables de la muerte de un millón de personas mientras estuvieron en el poder desde 1975 hasta 1979, se presenta como la clave para alcanzar un acuerdo de paz en Camboya, que se discute en una conferencia internacional inaugurada ayer en París con participación de todas las facciones involucradas en el conflicto y de 18 países, entre ellos China, EE UU y la Unión Soviética. La propia Camboya está representada por una delegación "unificada y cuatripartita", qui incluye al actual Gobierno, a los jemeres rojos, al grupo de Norodom Sihanuk y a la derecha naciona...

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El papel de los jemeres rojos, responsables de la muerte de un millón de personas mientras estuvieron en el poder desde 1975 hasta 1979, se presenta como la clave para alcanzar un acuerdo de paz en Camboya, que se discute en una conferencia internacional inaugurada ayer en París con participación de todas las facciones involucradas en el conflicto y de 18 países, entre ellos China, EE UU y la Unión Soviética. La propia Camboya está representada por una delegación "unificada y cuatripartita", qui incluye al actual Gobierno, a los jemeres rojos, al grupo de Norodom Sihanuk y a la derecha nacionalista de Son Sann.

La voluntad por alcanzar un "acuerdo global" que mostraron ayer los participantes en la reunión de París se pondrá a prueba a la hora de decidír la presencía que en la futura dirección política del país indochino habrá de tener una de las tres facciones rebeldes, la más potente en el plano militar y que cuenta con el apoyo de Chiria: los jemeres rojos de Pol Pot.James Baker, secretario de Estado norteamericano, dejó ayer muy claro que el apoyo de Estados Unidos a un Gobierno de unidad nacional será "inversamente proporcional" a la presencia del grupo de Pol Pot (representado en la conferencia por Khieu Samphan) en el Gabinete.

La conferencia fue inaugurada por el ministro de Asuntos Exteriores francés, Roland Dumas, que se comprometió a lograr antes de un mes un "acuerdo global", que podría firmarse el próximo 30 de agosto y que tendría estas bases: retirada del contingente militar vietnamita (actualmente cifrado en unos 50.000 hombres), regreso de los refugiados (al menos 300.000), libre determinación del pueblo jemer, logro de una "auténtica Índeperidencia" y reconstrucción del país, asolado por la guerra.

El plan incluye una supervisión internacional del proceso, incluyendo la no injerencia de terceros países, el respeto del alto el fuego y la limpieza de las elecciones.

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