FIESTA Y 'CUMBRE' EN LA CRISIS

La apoteosis de Mitterrand

E. G. / J. A. S., El presidente de la República Francesa, François Mitterrand, vivió ayer su apoteosis. Como había pretendido al hacer coincidir la celebración del bicentenario de la Revolución Francesa con la cumbre de los siete grandes, el presidente francés asistió a los principales actos oficiales del 14 de julio -el desfile militar, la recepción en el palacio del Elíseo y el espectáculo La Marsellesa- rodeado de 35 jefes de Estado o de Gobierno. En una entrevista a las dos principales cadenas de televisión, Mitterrand se declaró "apasionado" por lo que hace", y que "...

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E. G. / J. A. S., El presidente de la República Francesa, François Mitterrand, vivió ayer su apoteosis. Como había pretendido al hacer coincidir la celebración del bicentenario de la Revolución Francesa con la cumbre de los siete grandes, el presidente francés asistió a los principales actos oficiales del 14 de julio -el desfile militar, la recepción en el palacio del Elíseo y el espectáculo La Marsellesa- rodeado de 35 jefes de Estado o de Gobierno. En una entrevista a las dos principales cadenas de televisión, Mitterrand se declaró "apasionado" por lo que hace", y que "se llama simplemente la historia de Francia".

En pie en un vehículo militar, junto al jefe del Estado Mayor de las fuerzas armadas, y escoltado por la Guardia Republicana a caballo, Mitterrand tardó 15 minutos en recorrer los dos kilómetros de los Campos Elíseos, desde el Arco del Triunfo hasta la plaza de la Concordia. Flanqueado a su derecha por el presidente de Costa de Marfil, Félix Houphouet-Boigny, y a su izquierda por el presidente de EE UU, George Bush, Mitterrand presenció desde una tribuna protegida por un cristal antibalas el desfile militar, en el que participaron 5.000 hombres a pie, 300 blindados y 250 aviones y helicópteros. En el desfile el Gobierno francés mostró también un despliegue de su armamento nuclear.

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El desfile se inició a las 10.30, cuando nueve Alphajet dibujaron en el cielo los colores azul, blanco y rojo de la bandera francesa desde el Arco de La Défense hasta la Pirámide del Louvre, y terminó a mediodía con el paso de 120 helicópteros. Unas 800.000 personas -un récord absoluto- presenciaron en la calle el paso de las tropas, según el Ministerio del Interior.

En su tradicional entrevista a la televisión, el presidente francés respondió a las críticas que ha suscitado la preparación de los festejos. Acusado de "megalomanía" y de ser un "monarca republicano", rechazó que el presidente goce de una concentración excesiva de poder, aunque añadió que "se esforzará en oír la voz del pueblo". Anunció una reforma constitucional para que cada francés pueda acudir en amparo al Tribunal Constitucional.

Mitterrand defendió el contenido de la presidencia, aunque no se opuso a acortar a cinco años el actual mandato de siete, duración que "presta automáticamente a este poder un carácter excesivo". El miércoles, Mitterrand se mostró afectado por las críticas y anunció que "nunca más sería candidato a nada". Considerando injustas las recriminaciones contra la cumbre de los ricos, porque desde hace ocho años propugna una solución para el problema de la deuda, asumió la responsabilidad de la coincidencia de convocatorias, aunque el argumento -evitar el colapso de París dos veces- no pareció convencer a nadie.

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