Dos ministros comunistas, en el Gobierno griego del conservador Tzanetakis

El nuevo primer ministro griego, Tzanis Tzanetakis, formuló ayer un llamamiento a la cooperación nacional e instó a sus compatriotas a "contribuir con todas sus fuerzas" al éxito del Gobierno de colaboración de conservadores y comunistas. El Gabinete del conservador Tzanetakis, que juró ayer ante el jefe del Estado, Cristos Sartzetakis, y el arzobispo ortodoxo Serafim, está integrado por 21 ministros, dos de los cuales son los eurocomunistas Fotis Kuvelis y Nikos Konstantinopulos, titulares de Justicia e Interior, respectivamente.

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El nuevo primer ministro griego, Tzanis Tzanetakis, formuló ayer un llamamiento a la cooperación nacional e instó a sus compatriotas a "contribuir con todas sus fuerzas" al éxito del Gobierno de colaboración de conservadores y comunistas. El Gabinete del conservador Tzanetakis, que juró ayer ante el jefe del Estado, Cristos Sartzetakis, y el arzobispo ortodoxo Serafim, está integrado por 21 ministros, dos de los cuales son los eurocomunistas Fotis Kuvelis y Nikos Konstantinopulos, titulares de Justicia e Interior, respectivamente.

El nuevo primer ministro, Tzanetakis -diputado conservador, ex capitán de navío, y ex ministro entre 1980 y 1981- ocupará además de la jefatura del Gobierno, la cartera de Asuntos Exteriores. Tres ex alcaldes conservadores -Miltiadis Evert, de Atenas; Andreas Andrianopulos, de El Pireo; y Sotiris Kuvelas, de Salónica- serán los ministros de Sanidad, Comercio, y de Medio Ambiente y Obras Públicas, respectivamente.La única mujer integrante del nuevo Gabinete griego, que sustituye al Gobierno socialista de Andreas Papandreu, es Ana Psaruda-Banaki, diputada conservadora que ocupa el Ministerio de Cultura (sustituye a Melina Mercuri), y es asimismo viceministra de Sanidad.

Por primera vez en la historia griega, y a cuarenta años de la guerra civil (1946-49), comunistas y conservadores se unen en un Gobierno de colaboración, de tres meses, con un triple objetivo: la depuración de la clase política, el buen funcionamiento de las instituciones y la preparación de nuevas elecciones en breve plazo. "Un Gobierno de catharsis" [término griego por limpieza], titulaban algunos medios de prensa ayer en Grecia. Se trata de esclarecer algunos escándalos financieros en los que miembros del Gobierno socialista saliente aparecen implicados.

Nueva mayoría

El nuevo Gobierno de colaboración, que hoy jura en el Parlamento, tendrá en la Asamblea (de 300 escaños) una mayoría de 173 miembros (145 conservadores y 28 comunistas), resultante de las elecciones del pasado 18 de junio, en las que los socialistas del PASOK obtuvieron 125 representantes.

Uno de los principales objetivos de la nueva mayoría es el de levantar la inmunidad parlamentaria de los diputados supuestamente implicados en los escándalos financieros denunciados y encargar a la justicia que juzgue a los directores de empresas estatales acusados de corrupción.

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Después de una reunión del primer consejo ministerial, el primer ministro Tzanetakis prometió que la catharsis se realizaría "en profundidad, pero con transparencia y sin espíritu de revancha". Posteriormente, rindió un vibrante homenaje al jefe de su partido, Nueva Democracia, el conservador Constantino Mitsotakis, al que calificó de "arquitectio de este momento histórico".

En unas declaraciones publicadas por el periódico Ethos, el primer ministro conservador dijo que no se trataba de lanzar un programa contra el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), que estuvo en el poder entre 1981 y 1989. Para el líder comunista, Harilaos Florakis, que hizo el gesto histórico de apoyar a un Gobierno conservador, "es necesario que el peso de los escándalos sea levantado para que en el futuro los griegos no se traten de ladrones los unos a los otros". El nuevo Gobierno tiene también el desaflio de reactivar la economía del país, paralizada durante una campaña electoral enfebrecida que duró dos meses, seguida de una crisis política de nueve días, en los cuales conservadores, socialistas y comunistas fracasaron en su intento de formar Gobierno. Según hombres de negocios griegos y extranjeros, ningún contrato importante fue firmado en Grecia en los últimos tres meses, mientras que los créditos ministeriales permanecieron congelados a la espera del fin de la crisis.

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