El Banco Mundial suspende las negociaciones para conceder nuevos créditos a China

El Gobierno de Pekín ha criticado duramente la decisión del Banco Mundial de suspender las negociaciones para la concesión de nuevos créditos a China, mientras en Xiamen, una de las Zonas Económicas Especiales (ZEE), el alcalde, Zhou Erjing, recorre una por una las empresas con capital extranjero o mixtas instaladas en el área asegurando que la política de apertura de China al exterior no cambiará sea cual sea la dirección del partido comunista.

Bill Shultz, director de la fábrica de tabacos que la compañía norteamericana Reynold's tiene en Xiamen, es uno de los que ha recibido la v...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El Gobierno de Pekín ha criticado duramente la decisión del Banco Mundial de suspender las negociaciones para la concesión de nuevos créditos a China, mientras en Xiamen, una de las Zonas Económicas Especiales (ZEE), el alcalde, Zhou Erjing, recorre una por una las empresas con capital extranjero o mixtas instaladas en el área asegurando que la política de apertura de China al exterior no cambiará sea cual sea la dirección del partido comunista.

Más información

Bill Shultz, director de la fábrica de tabacos que la compañía norteamericana Reynold's tiene en Xiamen, es uno de los que ha recibido la visita del alcalde y asegura que el asalto de Tiananmen "no ha tenido impacto en la producción ni ha modificado la política de la empresa hacia China". Sin embargo, Shultz reconoce que en esta pequeña isla de la provincia de Fujian, situada frente a las costas de Taiwan, los principales inversores son los taiwaneses, para los que es "vital" saber qué ocurre en las altas esferas del liderazgo chino.La apertura hacia el continente proclamada por el nuevo presidente de Taiwan, Lee Tenghui, hace dos años ha tenido un enorme impacto en Xiamen, que, ante la avalancha de taiwaneses, optó por suspender el trato preferente que les concedía. Cuatro años libres de impuestos y los cinco siguientes pagando la mitad. Desde primeros de este año, los inversores taiwaneses, como los demás extranjeros, gozan únicamente de dos años libres de impuestos y tres pagando la mitad.

El lento retorno de los taiwaneses que huyeron en masa el pasado día 4 no ha calmado el pesimismo de la municipalidad de Xiamen. "Los que ya hemos invertido no tenemos más remedio que volver si no queremos arruinarnos, pero no creo que ningún taiwanés vuelva a invertir un solo dólar en los próximos dos años. La poca confianza que habíamos adquirido la hemos perdido", afirma un industrial a condición de no ser identificado.

De las 475 empresas con capital extranjero que ya operan en Xiamen, 137 son taiwanesas. A ellas se suman los 106 proyectos aprobados en los primeros cinco meses del año, en los que un 60,5% del total del capital extranjero acordado para su financiación es taiwanés.

El boom de Xiamen se ha producido cuando comenzaban a surgir serias grietas en la economía china, con una inflación galopante, una total confusión sobre la política de precios y una corrupción rampante que daña los cimientos del sistema. El optimismo de los últimos meses, que llevó al Gobierno de Fujian a lograr que se declarara ZEE otro pequeño puerto de la provincia, se ha tornado en pesimismo.

Inversiones

A pesar de las enormes inversiones hechas por el Gobierno central en Xiamen desde que en 1981 fue declarada ZEE -construcción del aeropuerto, ampliación del puerto y mejora en el sistema de telecomunicaciones, aprovisionamiento de aguas y electricidad-, la zona continuaba sin atraer a grandes inversores, a diferencia de las otras tres ZEE establecidas en la provincia de Guarígdong, cuya proximidad a Hong Kong les dio un fuerte impulso, especialmente a Sherizhen, conocida como el pequeno Hong Kong.El impulso lo recibió Xiamen de los nuevos dirigentes nacionalistas de Taiwan, que, aislados diplomáticamente y con una economía fuerte que busca su expanión a través de nuevos mercados y de su instalación en países con abundante y barata mano de obra, no quisieron mantenerse al margen del desarrollo chino. Los numerosos vínculos culturales y familiares, además de la identidad lingüística -a un lado y otro del estrecho se habla un dialecto chino denominado hokien-, facilitaron la cooperación económica ahora puesta en duda.

Archivado En