Zudema Fátima Yoma de Menem

En busca de la guía y el modelo de Evita

Es una mujer para película de Almodóvar. Hija de sirios, criada en Nonogasta, provincia de La Rioja, unos 1.200 kilómetros al noroeste de Buenos Aires (Argentina). Musulmana practicante, sagitario, rubia pero teñida dé rojo por la pasión. A sus 42 años, cinco embarazos, dos hijos y una complicada cirugía estética general a la que la sometió hace un año un médico brasileño, Zulema Yoma, la esposa de Carlos Saúl Menem, el presidente electo de Argentina, parece siempre al borde de un ataque de nervios por su incontenible vocación de lucha "contra la injusticia".

Su guía y modelo, como no p...

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Es una mujer para película de Almodóvar. Hija de sirios, criada en Nonogasta, provincia de La Rioja, unos 1.200 kilómetros al noroeste de Buenos Aires (Argentina). Musulmana practicante, sagitario, rubia pero teñida dé rojo por la pasión. A sus 42 años, cinco embarazos, dos hijos y una complicada cirugía estética general a la que la sometió hace un año un médico brasileño, Zulema Yoma, la esposa de Carlos Saúl Menem, el presidente electo de Argentina, parece siempre al borde de un ataque de nervios por su incontenible vocación de lucha "contra la injusticia".

Su guía y modelo, como no podía ser de otro modo tratándose de una militante peronista, es Evita, la segunda esposa del general Juan Domingo Perón. En el camino se deja a otra riojana, María Estela Martínez, llamada también Isabel, la tercera esposa de Perón, que fue primera dama del país y le sucedió en la jefatura del Estado cuando el general murió en julio de 1974. Zulema dice que respeta mucho "a la señora Isabel, pero prefiero no hacer comentarios sobre su actitud pública". Tampoco acepta la comparación con Evita: "Por favor, nadie podría ser' como ella. Yo sólo me propongo continuar con su obra, que dejó inconclusa. Deseo ser sólo Zulema".Carga con un pasado de amante desesperada. A Carlos Menem le conoció en Damasco (Siria) cuando los padres de ambos pactaron el casamiento. Su madre le había advertido que tuviera cuidado con su esposo porque era "muy mujeriego". Los dos hijos del matrimonio, Carlos Saúl, de 21 años, y Zulema María Eva, de 19 años, nacieron entre 1968 y 1970, pero en esos años ella perdió otros tres embarazos, "tal vez por la inestabilidad afectiva".

Ahora no desea recordar. La vida con Carlos Menem no ha sido fácil. Se cruzaron insultos públicos, acusaciones en los periódicos, declaraciones, gritos, infidelidades y odios. Parecía que el amor no podría soportar tanto, y cuando ya el divorcio estaba listo, el fuego de la militancia política incendió todo nuevamente. El matrimonio se recompuso dos veces, las dos en los meses previos a una campaña electoral. La segunda vez, por sugerencia del nuncio apostólico en Argentina, Ubaldo Calabresi, que ya temía por la imagen del futuro presidente. Ella no admite sospechas: "La réconciliación fue siempre por amor. El hombre de mi vida es Carlos Menem. ¡Cómo será el metejón para aguantarlo más de 20 años!".

Sin embargo, reconoce que la política ha tenido mucho que ver en el rescate de su matrimonio, "porque en la vida todo es política". Y ahora ambos se han arrepentido de todo: "Lo dicho, dicho está". Con sus escasos años de estudios en Bellas Artes, se atreve a pintar cuadros, cocina platos árabes, usa gafas para leer los periódicos, se viste con trajes sastre de primera dama, se abalanza sobre las preguntas de los periodistas antes de que terminen de hacerlas y admite que no puede estarse quieta: "Soy una ardillita". Mantiene contactos políticos con el temible coronel Mohamed Alí Seineldín, cabecilla de dos alzamientos contra los mandos del Ejército de Tierra, admira a Nancy Reagan y dice que en Argentina "hace falta una Margaret Thatcher". Si La ley del deseo se cumple, como sugiere Almodóvar, ella será otra Evita.

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