La salud del presidente

Veintisiete horas después de lo previsto los Reyes de España pudieron finalmente saludar con efusión al presidente de la República de Portugal, Mario Soares, de 65 años, quien durante la jornada anterior estuvo aquejado de un fuerte acceso gripal. La salud del presidente, no obstante, fue ayer motivo de conversación en la Asamblea parlamentaria y en los medios de comunicación portugueses. Con aspecto cansado y poco locuaz con sus invitados, Soares acudió al Parlamento acompañado por su médico personal, quien le ha aconsejado que modere sus actividades para evitar posibles recaídas.Pero los mal...

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Veintisiete horas después de lo previsto los Reyes de España pudieron finalmente saludar con efusión al presidente de la República de Portugal, Mario Soares, de 65 años, quien durante la jornada anterior estuvo aquejado de un fuerte acceso gripal. La salud del presidente, no obstante, fue ayer motivo de conversación en la Asamblea parlamentaria y en los medios de comunicación portugueses. Con aspecto cansado y poco locuaz con sus invitados, Soares acudió al Parlamento acompañado por su médico personal, quien le ha aconsejado que modere sus actividades para evitar posibles recaídas.Pero los males no han venido solos. Vasco de Gama Fernandes, ex presidente de la Asamblea y gran promotor de la presencia de los Reyes de España en el hemiciclo, no pudo ayer asistir al acto porque horas antes sufrió la rotura de una pierna.

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Con anterioridad a este solemne acto, el Rey recibió en audiencia al primer ministro, Anibal Cavaco Silva, con quien charló durante una hora. Cavaco ofreció después a los Reyes un almuerzo en el palacio de Sintra. Los Reyes también recibieron en el palacio de Queluz, su residencia oficial en Lisboa, al cuerpo diplomático acreditado en la capital y por la tarde acudieron a la Fundación Gulbenkian, el centro cultural más prestigioso del país, donde visitaron una exposición de pintura española del siglo XIX. La Reina asistió por la mañana a un encuentro con los responsables de la fundación antidroga de Portugal.

Por la noche, los Reyes ofrecieron una cena a Soares en el palacio de Palahava, residencia del embajador español en Lisboa, Gabriel Ferrán.

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