Contratiempo para Londres
La decisión británica de retirar a todo su personal diplomático en Teherán es un grave contratiempo para el secretario del Foreign Office, sir Geoffrey Howe, quien desde el final de la guerra irano-iraquí había intentando acelerar el proceso de acercamiento entre ambos países, distanciados desde los principios de la revolución islámica.En la actualidad, el más alto representante diplomático británico en Teherán era un encargado de negocios, Nicholas Browne. Su contraparte en Londres, Zahdi Basti, fue convocado ayer al Foreign. Office para recibir la comunicación de que su presencia en la legac...
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La decisión británica de retirar a todo su personal diplomático en Teherán es un grave contratiempo para el secretario del Foreign Office, sir Geoffrey Howe, quien desde el final de la guerra irano-iraquí había intentando acelerar el proceso de acercamiento entre ambos países, distanciados desde los principios de la revolución islámica.En la actualidad, el más alto representante diplomático británico en Teherán era un encargado de negocios, Nicholas Browne. Su contraparte en Londres, Zahdi Basti, fue convocado ayer al Foreign. Office para recibir la comunicación de que su presencia en la legación de Kensington, vecina de la que fue asaltada por el grupo antiterrorista en 1980, carece de sentido.
Las relaciones diplomáticas no van a ser suspendidas, pero vuelven a estar tan congeladas como a principios de la década, cuando los intereses británicos en Irán eran servidos por los buenos oficios de la embajada sueca.
La incipiente normalización diplomática tomó cuerpo el pasado mes de noviembre, con la reapertura de la embajada británica en Teherán, y con Londres confiando en que los moderados iraníes pudieran consolidar sus posiciones en la luc ha jor el poder que se libra en la república islámica.