Cartas al director

'Au-pair' en el extranjero

Desde hace casi 20 años, un gran número de estudiantes europeas conviven con familias inglesas o irlandesas durante temporadas que oscilan entre seis meses a un año. El sistema au-pair propone el medio ideal para aquellas personas interesadas en el aprendizaje del inglés: práctica del idioma con una familia nativa y posibilidad de asistir a clase dos veces por semana; todo ello a cambio de seis horas de trabajo en casa cuidando a los niños o ayudando a la señora en tareas ligeras.En mi opinión, sería un intercambio justo; además, las chicas au-pair tienen derecho a una pequeña pa...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Desde hace casi 20 años, un gran número de estudiantes europeas conviven con familias inglesas o irlandesas durante temporadas que oscilan entre seis meses a un año. El sistema au-pair propone el medio ideal para aquellas personas interesadas en el aprendizaje del inglés: práctica del idioma con una familia nativa y posibilidad de asistir a clase dos veces por semana; todo ello a cambio de seis horas de trabajo en casa cuidando a los niños o ayudando a la señora en tareas ligeras.En mi opinión, sería un intercambio justo; además, las chicas au-pair tienen derecho a una pequeña paga, que suele ser de unas 3.000 pesetas por semana. Pero no nos engañemos: la realidad es muy distinta. Al cabo de unos días tienes encima tuyo todo el peso de llevar -una casa, labor que resulta bastante difícil- de realizar mientras vigilas las travesuras de una niña de siete años y vas detrás de un bebé que siempre encuentra las colillas que sus padres dejan por ahí. En realidad, estas anécdotas son de muy poca trascendencia; pero empiezan a cobrar importancia cuando día tras día, ves cómo el sol aparece y se esconde detrás de la misma ventana, pues han pasado casi 11 horas desde que el bebé tomó su primera papilla y ninguno de sus padres ha aparecido todavía.

Es entonces cuando te invade un sentimiento de tristeza e ¡mproductividad que se acentúa todavía más cuando te quedas dormida con el libro en las manos, agotada" de no haber hecho "nada" en todo el día.

Personalmente, yo tuve suerte de convivir con una familia normal; sin embargo, otras chicas eran tratadas con una completa indiferencia e incluso con desprecio.-

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En