Justicia prohíbe a los reclusos de Carabanchel usar dinero y beber cerveza

La Dirección General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio de Justicia, ha prohibido el uso de dinero a los reclusos de la prisión de Carabanchel (Madrid) y ha suprimido el consumo de cerveza en dicho centro, cuya reventa constituía un auténtico mercado negro. El uso de dinero será sustituido por cupones y se permitirá el consumo de cerveza sin alcohol. De esta forma se intenta impedir que los internos tengan medios económicos para financiarse la compra de droga. También se ha intensificado el control, mediante perros especializados en olfatear droga, sobre los camion...

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La Dirección General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio de Justicia, ha prohibido el uso de dinero a los reclusos de la prisión de Carabanchel (Madrid) y ha suprimido el consumo de cerveza en dicho centro, cuya reventa constituía un auténtico mercado negro. El uso de dinero será sustituido por cupones y se permitirá el consumo de cerveza sin alcohol. De esta forma se intenta impedir que los internos tengan medios económicos para financiarse la compra de droga. También se ha intensificado el control, mediante perros especializados en olfatear droga, sobre los camiones de proveedores.

La medida que mayor protesta ha generado entre los reclusos es la prohibición del consumo de cerveza. La razón última de esta supresión, según fuentes de Justicia, no es tanto evitar que los internos se alcoholicen como erradicar la reventa de cerveza -cada recluso sólo tenía derecho a una por día- que en el mercado negro alcanzaba hasta 400 pesetas. Esto generaba unos ingresos económicos que revertían en el tráfico de drogas. Fuentes sindicales añaden que algunos internos mezclaban la cerveza con rohipnol (un tranquilizante) y esto les producía colocones muy agresivos".

Los presos, que hasta ahora sólo podían retirar de su cuenta personal 8.000 pesetas por semana, ahora dispondrán de una cantidad equivalente en cupones.

Justicia, en contra de lo anunciado, no ha restringido la entrada de paquetes, por creer que "no está claro que la ley lo permita". Fuentes sindicales destacan la insuficiencia de medios ante esta vía de introducción de droga: "Cada preso puede recibir al mes dos paquetes de cinco kilos de comida y todo lo que quiera en libros y ropa. Multiplica eso por 2.500. Y todo eso lo controlan cuatro funcionarios".

Portavoces de Justicia conflan en la futura eficacia de controles de rayos x para los presos que tengan comunicaciones Intimas, medida cuya legalidad cuestiona algún sindicalista.

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