EL DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA NACIÓN

González culpa a UGT de hacer imposible un acuerdo

El presidente del Gobierno, Felipe González, pasó ayer la factura del desacuerdo social íntegramente a los sindicatos, y de manera especial a la UGT, a la que acusó de hacer imposible la concertación. González aceptó una propuesta del portavoz del Grupo Popular en el debate, Miguel Herrero, para intentar el consenso sobre la promulgación de una ley de huelga y la puesta en marcha del Consejo Económico y Social, dos puntos actualmente bloqueados y que figuraban en el pacto electoral de 1986 entre el PSOE y la UGT. Estos fueron los principales elementos del giro político dibujado ayer por el pre...

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El presidente del Gobierno, Felipe González, pasó ayer la factura del desacuerdo social íntegramente a los sindicatos, y de manera especial a la UGT, a la que acusó de hacer imposible la concertación. González aceptó una propuesta del portavoz del Grupo Popular en el debate, Miguel Herrero, para intentar el consenso sobre la promulgación de una ley de huelga y la puesta en marcha del Consejo Económico y Social, dos puntos actualmente bloqueados y que figuraban en el pacto electoral de 1986 entre el PSOE y la UGT. Estos fueron los principales elementos del giro político dibujado ayer por el presidente del Gobierno en la primera sesión del debate sobre el estado de la nación.Frente al protagonismo concedido a las centrales, el Gobierno se propone revitalizar el papel del Parlamento y, en general, de las fuerzas políticas. Tras la refundación de AP, Felipe GonzáIez va a aprovechar esa circunstancia para desbloquear cuestiones paralizadas por el choque con los sindicatos. Todo ello en el contexto de una mención muy elogiosa a los Pactos de la Moncloa de 1977, que, según recordó, se produjeron entre fuerzas políticas y sin la presencia de los interlocutores sociales.

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La discusión de guante blanco entre González y el portavoz del PP, Miguel Herrero, se trocó en un reto al líder del CDS, Adolfo Suárez, quien hizo un discurso mucho más duro que el de los conservadores. Frente a la petición de elecciones anticipadas, formulada de nuevo por Suárez, González le pidió que concretara qué partidas presupuestarias deben alterarse para dar satisfacción a las reivindicaciones sociales. El presidente aludió al anuncio sindical de nuevas movilizaciones, incluso si el PSOE volviera a triunfar por mayoría absoluta, para explicar lo inútil de unas elecciones inmediatas.

Enfado del CDS

Suárez no recogió las apelaciones a la ley de huelga y al Consejo Económico y Social que el presidente del Gobierno y el portavoz popular habían dejado flotar sobre la Cámara. El enfado del CDS por la sintonía entre González y Herrero fue expresado así por Agustín Rodríguez Sahagún en los pasillos del Congreso: "Al PSOE y al Partido Popular sólo les ha faltado abrazarse hoy, quizá porque era el día de los enamorados".

González volvió a sus posiciones del 21 de diciembre, anteriores a la negociación con las centrales, y anunció su voluntad de llevar adelante el mismo esquema expuesto en aquella ocasión, al tiempo que intentó comprometer a las fuerzas parlamentarias en la reconsideración de los créditos ya aprobados.

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Todo ello, después de que González lanzara una durísima acusación contra las centrales. La concertación social se ha hecho imposible "desde que la dirección de la UGT decidió que ese modelo se había agotado", afirmó González. Recordó que CC OO no ha llegado a compromiso alguno con el Gobierno socialista, por lo que el Ejecutivo nada debe a esta central sindical, mientras que UGT sí pactó el Acuerdo Económico y Social de 1984 con el Gabinete y con la CEOE. Pero mientras los ugetistas entienden que se ha incumplido la cobertura del desempleo prevista en ese acuerdo, González asegura que se cumplió en el período de vigencia del pacto, que finalizó en 1986.

El jefe del Ejecutivo repitió numerosas veces que las negociaciones sociales han fracasado siempre a causa de los sindicatos. Les acusé también de faltar a la verdad cuando afirman que el Gobierno no ha cumplido su programa electoral de 1986, que fue pactado con UGT en los aspectos económicos y sociales. A juicio del presidente, los dos únicos puntos incumplidos son la creación del Consejo Económico y Social y la ley de huelga. Sobre el primero, dijo que no se ha puesto en marcha los interlocutores sociales no se ponen de acuerdo y en cuanto a la ley de huelga, adelantó que considera "justas" las críticas a su Gobierno por no haber enviado el proyecto de ley correspondiente, retraso que justificó como una medida de prudencia".

Estos últimos puntos son los que el Gobierno podría desbloquear ahora, si llega a un acuerdo de Estado con algunas fuerzas parlamentarias. De ahí la importancia de la propuesta formulada por Miguel Herrero, que Felipe González se apresuró a recoger en una de sus réplicas.

Críticas recibidas

En un tono siempre bajo y mesurado, el presidente ironizó sobre algunas de las críticas que ha recogido, y procuró devolver la pelota a quienes las han formulado. "Si la prioridad número uno para todos es la generación de empleo, sería un error inadmisible aplicar recetas que contradigan este objetivo", dijo, antes de agregar: "No niego la razón de los interlocutores sociales de manera total, como ellos hacen con el Gobierno".

En general, el presidente hizo una cerrada defensa de la política económica y social de su Gobierno y reiteró que si ésta se rectifica, "es posible que sea necesano un iuevo plan de estabilización". "Y añadió su preocupación por el descontrol de la inflación, atacando a quienes dicen "un año, que estamos obsesionados con la inflación y al siguiente nos critican por no ser capaces de controlar ese grave riesgo".

El jefe del Gobierno dedicó media hora a aspectos relacionados con la presidencia de la CE, el cumplimiento de los últimos puntos del decálogo sobre paz y seguridad, y la lucha antiterrorista. Pero en estos puntos, su información careció de novedades.

Únicamente cabe destacar que el Gobierno mantendrá abiertas las negociaciones en curso sobre el terrorismo "en ausencia ed actos violentos", con la finalidad de permitir la vuelta a la vida normal de quienes abandonen las armas, y siempre dentro de los límites acordados por las fuerzas parlamentarias. Tanto Miguel Herrero como Miquel Roca, por Minoría Catalana, expresaron la absoluta confianza de sus formaciones respecto a las negociaciones emprendidas por el Gobierno para acabar con la violencia terrorista. Herrero matizó, no obstante, que la Constitución y la libre existencia de la Comunidad de Navarra son los límites que su partido pone a esas negociaciones.

Las ofertas del 21 de diciembre

Felipe González anunció ayer su voluntad de llevar adelante el mismo esquema que mantuvo el 21 de diciembre ante el Pleno del Congreso, en su comparecencia en el debate sobre las consecuencias de la huelga general del 14 de diciembre. En aquella ocasión, tras reconocer el éxito del paro, analizó los cinco puntos planteados por los sindicatos o hizo las siguientes ofertas: retirada del Plan de Empleo Juvenil si los sindicatos proponen uno alternativo; subida media de las pensiones de un 6,5% y estudio de colectivos concretos de funcionarios; imposibilidad actual de aumentar a 48% la cobertura de desempleo; serias objeciones presupuestarias a la equiparación de las pensiones más bajas con el salario mínimo y necesidad de que el Parlamento dé la última palabra sobre el derecho a la negociación colectiva de los funcionarios.

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