Un antiguo miembro de ETA muere arrollado por un tren

Un antiguo activista de la organización terrorista ETA Militar, José Antonio Zabala Garmendia, murió ayer a las 3.25 horas atropellado por un tren de mercancías en el apeadero de Ategorrieta, en San Sebastián. A falta de un informe definitivo, su muerte se considera un suicidio, toda vez que el maquinista del tren ha testificado que la víctima se arrojó repentinamente a las vías en el momento en el convoy estaba entrando en el citado apeadero.

José Antonio Zabala, de 35 años, soltero, natural de Zumárraga (Guipúzcoa), fue detenido en 1978 como presunto miembro de un comando que actu...

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Un antiguo activista de la organización terrorista ETA Militar, José Antonio Zabala Garmendia, murió ayer a las 3.25 horas atropellado por un tren de mercancías en el apeadero de Ategorrieta, en San Sebastián. A falta de un informe definitivo, su muerte se considera un suicidio, toda vez que el maquinista del tren ha testificado que la víctima se arrojó repentinamente a las vías en el momento en el convoy estaba entrando en el citado apeadero.

José Antonio Zabala, de 35 años, soltero, natural de Zumárraga (Guipúzcoa), fue detenido en 1978 como presunto miembro de un comando que actuaba en la referida localidad.

A la vez que él, fueron detenidas otras cuatro personas en distintas localidades guipuzcoanas: los hermanos Lucio y José María Jáuregui, Marcos Oyarbide y María Antigua Alberdi, todas ellas por su presunta relación con la organización terrorista ETA Militar.

Les fueron ocupadas cinco pistolas, una metralleta y diez cargadores, entre otros diversos efectos, así como una cantidad que de dinero que asciende en total a 899.000 pesetas en metálico.

Pena cumplida

José Antonio Zabala fue condenado por esos hechos, y actualmente tenía cumplida la pena que le impuso el tribunal. No estaba acusado de delitos de sangre, y al salir de la cárcel fijó su residencia en la ciudad de San Sebastián.La muerte del ex activista se produjo de forma instantánea, y no fue hallada documentación alguna entre sus ropas. La víctima residía en las proximidades del apeadero de Ategorrieta, en el barrio donostiarra de Intxaurrondo.

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