Cartas al director

El fiscal gerneral del Estado replica

En EL PAÍS [del pasado lunes] se insertaba un editorial, titulado Circular vejatoria, en el que se me atribuye el envío de una circular a todos los fiscales en la que se les ordena promover reconocimientos vaginales y anales de las personas sospechosas de ocultar droga, afirmándose, además, que ello "... constituye un espaldarazo a prácticas policiales autónomas y discrecionales, que en este caso se inmiscuyen en las zonas más íntimas de la persona por una simple sospecha y sin ...

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En EL PAÍS [del pasado lunes] se insertaba un editorial, titulado Circular vejatoria, en el que se me atribuye el envío de una circular a todos los fiscales en la que se les ordena promover reconocimientos vaginales y anales de las personas sospechosas de ocultar droga, afirmándose, además, que ello "... constituye un espaldarazo a prácticas policiales autónomas y discrecionales, que en este caso se inmiscuyen en las zonas más íntimas de la persona por una simple sospecha y sin que sea necesaria la autorización judicial, que, sin embargo, es preceptiva en los registros domiciliarios".Comprenderá mi sorpresa al leer que se imputa a mi instrucción -no circular- precisamente lo contrario de lo que ella dice. No es cierto que la instrucción suponga "un espaldarazo a prácticas policiales autónomas y discrecionales", y resulta manifiestamente errónea la afirmación de que "sin que sea necesaria la autorización judicial", cuando precisamente la razón de la instrucción radica en aclarar el camino jurídico a seguir, en el supuesto de que la autoridad judicial haya ordenado un reconocimiento corporal y el particular afectado se niegue a acatar la resolución motivada del juez.

En todo caso, como mi instrucción, obviamente, está escrita y obra en poder de EL PAÍS, a fin de evitar cualquier confusión o alarma, mucho le agradecería, si no comparte lo que vengo diciendo, que tuviera a bien publicar en su periódico el párrafo o párrafos que han servido de base a la muy personal interpretación del editorialista, y ello, por respeto y para tranquilizar a los lectores de EL PAÍS que puedan estar lógicamente preocupados, si se han creído que el fiscal ha ordenado a la Policía Judicial poner la mira en tan peculiares objetivos.- Javier Moscoso del Prado y Muñoz. Fiscal general del Estado.

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