Cartas al director

Ganancias excesivas

En la orgía de miles de millones que constantemente oímos o leemos, a veces se trata de beneficios de empresas que los logran como consecuencia de su buena gestión y con el concurso de su personal; en suma, es el resultado de la marcha de sus empresas, que corren el riesgo natural de ganar o perder, lo que en un sistema capitalista y de economía de mercado nos parece perfectamente lícito. Y además pagan sus impuestos.Pero, otras veces, esos miles de millones no proceden de la acertada gestión empresarial, sino que son producto simplemente de inversiones especulativas. A la memoria me vienen, e...

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En la orgía de miles de millones que constantemente oímos o leemos, a veces se trata de beneficios de empresas que los logran como consecuencia de su buena gestión y con el concurso de su personal; en suma, es el resultado de la marcha de sus empresas, que corren el riesgo natural de ganar o perder, lo que en un sistema capitalista y de economía de mercado nos parece perfectamente lícito. Y además pagan sus impuestos.Pero, otras veces, esos miles de millones no proceden de la acertada gestión empresarial, sino que son producto simplemente de inversiones especulativas. A la memoria me vienen, entre otras, por ejemplo, las operaciones de Meliá-Banesto-Parreti, o la más reciente de Sanitas-Cofir-Bupa, en las que se compró por una cantidad y se vendió, al poco tiempo, por varios miles de millones más. En buena lógica, esas ganancias deben pagar a Hacienda, pero ¿lo pagan realmente? ¿No sería posible, como una parte de ese giro social que se está pidiendo, crear un tipo de impuesto especial que gravara esos enriquecimientos que, si no son ilícitos, sí son, por decirlo finamente, muy excesivos?.- Francisco Fernández Casanova.

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