Cartas al director

Hierro y cáncer

El sábado 22 de octubre del presente año, en la página 28 de EL PAÍS, dedicada a medicina y sociedad, aparece una información encabezada con el título Exceso de hierro y cáncer.Es un comentario que hace referencia al trabajo Body iron stores and the risk of cancer, publicado en la prestigiosa revista médica New England Journal of Medicine, en el número correspondiente al 20 de octubre.El limitado espacio que ocupa su información es un delicioso modelo de desinformación y de traducción deficiente. En dicho comentario advierten que "el consumo suplementario de hierro en past...

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El sábado 22 de octubre del presente año, en la página 28 de EL PAÍS, dedicada a medicina y sociedad, aparece una información encabezada con el título Exceso de hierro y cáncer.Es un comentario que hace referencia al trabajo Body iron stores and the risk of cancer, publicado en la prestigiosa revista médica New England Journal of Medicine, en el número correspondiente al 20 de octubre.El limitado espacio que ocupa su información es un delicioso modelo de desinformación y de traducción deficiente. En dicho comentario advierten que "el consumo suplementario de hierro en pastillas o jarabe, si no se padece anemia, puede resultar nocivo para la salud, ya que incrementa el riesgo de cáncer". "El trabajo... demuestra que existe una correlación clara entre los altos niveles de hierro y la aparición de cánceres de colon, riñones, vesícula y esófago".Contrastada la anterior información con el trabajo original, quisiera realizar las siguientes precisiones:

1. De los resultados del estudio citado se desprende que los "depósitos corporales de hierro elevados" representan un riesgo de cáncer para los hombres de 50 o más años.

2. Una información como la que comentamos debería causar mayor alarma en las mujeres, dada la frecuente utilización de complementos de hierro para compensar las pérdidas cíclicas. En el texto original se afirma que la asociación entre "depósitos corporales de hierro elevados" y riesgo de cáncer no está demostrada en las mujeres y se requerirían ulteriores investigaciones.

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3. Cuando informan de los tipos de cáncer más frecuentes se deslizan algunos errores considerables. En el trabajo original, los tipos de cáncer más influidos por los "depósitos corporales de hierro elevados" son los de colon, vejiga y esófago, y en menor medida el de pulmón. No aparecen implicados los de riñones y vesícula, como ustedes resaltaban.Una traducción inadecuada de bladder les ha llevado a informar de riesgo de cáncer de vesícula (biliar) por el de vejiga (urinaria). El término galIbladder es el que corresponde a vesícula biliar y, evidentemente, no figura en el texto original. Como tampoco aparece citado el riesgo de cáncer de riñones.

4. Las conclusiones finales del trabajo son que el déficit de hierro es perjudicial, pero el exceso del mismo, sin existir anemia, es peligroso por la correlación entre el riesgo de cáncer (colon, vejiga, esófago y pulmón) y el aumento de los depósitos de hierro en hombres de 50 o más años.

Sirvan estos comentarios para que informaciones como la de Exceso de hierro y cáncer sean más rigurosas y se ajusten a los datos originales, sin sensacionalismos erróneos que pueden causar confusión en la opinión pública.-

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