Bush, en tono tranquilizador

La gran cuestión que se plantea en estos momentos es qué va a hacer Bush tras su éxito electoral. Ha tenido ya un buen comienzo: el nombramiento rápido de James Baker como secretario de Estado.Los frentes más importantes que- Bush tiene ante sí se resumen en tres desafíos. El primero es trazar una vía para controlar el enorme déficit presupuestario. El segundo consiste en intentar llegar a aquellas esferas, especialmente la de los más necesitados, que se han sentido abandonados a lo largo de la presidencia de Reagan. Un tercer desafio loconstituye el mantenerse firme frente al ala de su partid...

La gran cuestión que se plantea en estos momentos es qué va a hacer Bush tras su éxito electoral. Ha tenido ya un buen comienzo: el nombramiento rápido de James Baker como secretario de Estado.Los frentes más importantes que- Bush tiene ante sí se resumen en tres desafíos. El primero es trazar una vía para controlar el enorme déficit presupuestario. El segundo consiste en intentar llegar a aquellas esferas, especialmente la de los más necesitados, que se han sentido abandonados a lo largo de la presidencia de Reagan. Un tercer desafio loconstituye el mantenerse firme frente al ala de su partido escorada hacia la extrema derecha. Pero George Bush por fin es libre, y todos quieren ver qué tal desempeña las funciones presidenciales.

Mientras tanto, en el Partido Demócrata es preciso tomar algunas decisiones importantes. Y la menor no es precisamente saber quién, en el seno del partido, se responsabiliza de este descalabro electoral. Dukakis ha trabajado, luchado, entregado lo mejor de sí mismo. Ahora se le acusa de no haberse dedicado lo bastante a la contienda electoral, de no haber respondido de forma contundente a su rival hasta el final de la campaña. Todo esto puede ser cierto, pero no es la única causa de la derrota demócrata. Si había algo que río funcionaba en esa candidatura, ese algo existe todavía en la configuración actual del partido.

11 de noviembre