Adiestrarse en la defensa

Enseñar a las mujeres a perder el miedo y a defenderse de las agresiones es el doble aprendizaje, psicológico y fisico, que se está llevando a cabo en el taller de autodefensa puesto en marcha por el Colectivo Feminista de Córdoba. Sesenta cordobesas asisten desde el pasado martes, día 2, a un curso semanal en el que, con supuestos prácticos, descubren medios para salir airosas de cualquier agresión.Se parte del hecho de que las mujeres no están acostumbradas ni saben utilizar su cuerpo, sus manos o sus pies para repeler ataques, por su clasificación como sexo débil, aun cuando necesita...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Enseñar a las mujeres a perder el miedo y a defenderse de las agresiones es el doble aprendizaje, psicológico y fisico, que se está llevando a cabo en el taller de autodefensa puesto en marcha por el Colectivo Feminista de Córdoba. Sesenta cordobesas asisten desde el pasado martes, día 2, a un curso semanal en el que, con supuestos prácticos, descubren medios para salir airosas de cualquier agresión.Se parte del hecho de que las mujeres no están acostumbradas ni saben utilizar su cuerpo, sus manos o sus pies para repeler ataques, por su clasificación como sexo débil, aun cuando necesitarían de esta preparación para poder "salir tranquilas a la calle", como explica Carmen Ruiz, miembro del Colectivo Feminista de Córdoba.

Más información

Con esta experiencia, para la que no se ha recibido ninguna ayuda oficial, se da un paso más en la serie de actividades emprendidas por las feministas cordobesas desde que el famoso violador de los ascensores tuviera en jaque a Córdoba durante cinco meses a finales de 1985. Las protestas feministas fueron contundentes. En la actualidad, siete mujeres de este colectivo se encuentran procesadas como presuntas autoras de un delito de desórdenes públicos por interrumpir el tráfico de una calle durante una manifestación contra el violador.

Ahora se trata con el curso de autodefensa personal de conseguir que la mujer adquiera seguridad en sí misma a través del conocimiento de artes marciales, que le permita defenderse tanto de un intento de violación como de cualquier otra agresión.

Las 60 cursillistas no aprenden a atacar, sino a defenderse, insiste Carmen Ruiz, que pretende desvincular el contenido del taller de cualquier carga violenta. El taller de autodefensa se está desarrollando en los gimnasios de dos colegios públicos cordobeses, y, las alumnas financian las 185.000 pesetas de costes. Tres profesoras, una navarra y dos vascas, han venido a Córdoba a impartir las clases.

Archivado En