La atracción del zoco

La fiebre de los grandes centros comerciales invade el corredor del Henares

Aunque algunos se autodenominan zocos, nada más lejos de sus asépticos muros que el perfume del sahumerio, la sudorosa marea humana y el lejano eco de la llamada del muecín. Limpios y asépticos por definición, tres hipermercados y cuatro centros comerciales se alzan en los mejores barrios de las ciudades y en los márgenes de la gran avenida que constituye el corredor del Henares, entre el agrado de los ayuntamientos, signatarios en ocasiones de sabrosos convenios urbanísticos con las empresas promotoras, y el miedo de los pequeños comerciantes de la comarca.

En la estructura típica ...

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Aunque algunos se autodenominan zocos, nada más lejos de sus asépticos muros que el perfume del sahumerio, la sudorosa marea humana y el lejano eco de la llamada del muecín. Limpios y asépticos por definición, tres hipermercados y cuatro centros comerciales se alzan en los mejores barrios de las ciudades y en los márgenes de la gran avenida que constituye el corredor del Henares, entre el agrado de los ayuntamientos, signatarios en ocasiones de sabrosos convenios urbanísticos con las empresas promotoras, y el miedo de los pequeños comerciantes de la comarca.

En la estructura típica de un centro comercial o zoco, el sector llamado del ocio, que puede albergar locales tan dispares como minicines, bingos, pubs, juegos recreativos, bares o restaurantes, ocupa alrededor del 30% de la superficie total del establecimiento. Moda, alimentación, regalos y servicios (ópticas, bancos, peluquerías, reparaciones) suelen completar el espacio de estos edificios, construidos a imagen y semejanza de un idealizado -y peatonal- barrio comercial urbano, con anchas calles, terrazas, plantas y bancos para reposar entre compra y compra.Tres hipermercados (Pryca, en San Fernando, Hiper Bedmar y Simago, en Alcalá de Henares) y cuatro centros comerciales, todos ellos de reciente creación (centro comercial El Val, en Alcalá, y los denominados Zocoslada, Los Valles y Uruguay, en Coslada), son las grandes superficies comerciales más significativas que funcionan hoy en el llamado corredor del Henares, conjunto de localidades alineadas en el eje de la carretera nacional II, integrado por Alcalá de Henares, Coslada, Torrejón de Ardoz y San Fernando de Henares, con un total aproximado de 300.000 habitantes. A corto y medio plazo existen tres proyectos para la ubicación de otros tres grandes complejos comerciales en la comarca.

Los ayuntamientos de estas localidades, como expuso Juan Ramón Sanz, concejal de Urbanismo de Coslada, acogen con buenos ojos la Instalación de estos macroestablecimientos en su territorio, argumentando los beneficios que, según su consideración, suponen para el municipio las grandes inversiones, la generación de cientos de empleos y la recuperación para las ciudades de los miles de millones de pesetas que los ciudadanos del corredor se dejan anualmente en las tiendas de moda de cierta categoría en Madrid capital.

Miedo al pez grande

Otra, sin embargo, es la opinión de las asociaciones de pequeños comerciantes, que ven en estos grandes conglomerados comerciales "un peligro real para el mantenimiento de nuestros pequeños negocios, nuestras familias y las de nuestros empleados, ya que se sirven de atractivos superfluos y extracomerciales para dejarse impresionar por el ambiente y comprar cualquier cosa aunque no la necesite", según señala Eusebio Checa, presidente de la Asociación de Comerciantes de Alcalá."Estamos de acuerdo en que es necesario reestructurar el pequeño comercio y adecuarlo a las nuevas necesidades y a la nueva forma de comprar que actualmente prefiere el consumidor, pero para ello necesitamos facilidades económicas y temporales que el ayuntamiento, con la concesión de licencias a este tipo de grandes negocios, nos está negando de alguna forma", precisó Checa.

Un metro cuadrado de suelo en uno de estos centros puede costar entre las 170.000 pesetas del centro comercial El Val de Alcalá o las 200.000 de Zocoslada, en la localidad homónima. Así, un local medio de 40 metros cuadrados viene a costar entre los siete y los ocho millones de pesetas, según los establecimientos. Los gastos de comunidad que abonan mensualmente los comerciantes instalados en los zocos vienen a suponer un coste medio de 700 u 800 pesetas por metro cuadrado y mes, que cubren conceptos comunes como seguridad, limpieza y publicidad conjunta.

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Algunos de estos grandes centros pagan sustanciosas cantidades a los municipios donde pretenden instalarse, sobre terrenos pensados para otros fines en las normas urbanísticas vigentes. Tal es el caso de la sociedad Red de Áreas Parque, que se comprometió a abonar 100 millones de pesetas al Ayuntamiento de Torrejón por la recalificación de terreno agrícola en comercial, sobre el que piensa construir la primera gran área comercial y de servicios de las autovías españolas. En Alcalá, la empresa Zenor Overseas pagará 300 millones al municipio por modificar las normas y permitir la instalación de un gran centro comercial polivalente en un solar calificado hoy como suelo industrial.

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