Marcos, Imelda y Kashogui, procesados en EE UU

Estados Unidos ya no es una tierra segura de asilo para los dictadores. Ronald Reagan ha dado luz verde para el procesamiento de su viejo amigo y ex hombre fuerte de Filipinas Ferdinand Marcos, acogido en este país tras su caída del poder, en febrero de 1986, por la revolución popular de Corazón Aquino. El fiscal de Nueva York Rudolph Giuliani, famoso por sus casos contra la Mafia, anunció ayer el procesamiento de Marcos, su esposa, Imelda, y el millonario saudí traficante de armas Adnan Kashogui, que actuó como intermediario del matrimonio, por utilizar millones de dólares adquiridos ilegalme...

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Estados Unidos ya no es una tierra segura de asilo para los dictadores. Ronald Reagan ha dado luz verde para el procesamiento de su viejo amigo y ex hombre fuerte de Filipinas Ferdinand Marcos, acogido en este país tras su caída del poder, en febrero de 1986, por la revolución popular de Corazón Aquino. El fiscal de Nueva York Rudolph Giuliani, famoso por sus casos contra la Mafia, anunció ayer el procesamiento de Marcos, su esposa, Imelda, y el millonario saudí traficante de armas Adnan Kashogui, que actuó como intermediario del matrimonio, por utilizar millones de dólares adquiridos ilegalmente para comprar secretamente propiedades en Manhattan. Otros siete asociados de Marcos también han sido procesados.

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El procesamiento señala también que, entre 1972 y 1986, Marcos y su esposa desfalcaron 103 millones de dólares (12.800 millones de pesetas) del tesoro filipino y recibieron sobornos, regalos y acciones de empresas. También se señala que el ex dictador defraudó 165 millones de dólares (20.600 millones de pesetas) a varios bancos -norteamericanos, entre ellos el Citibank y el Security Pacific National Bank de Los Ángeles.Las acusaciones contra Marcos, que teóricamente podría ir a la cárcel, se basan en la ley contra el crimen organizado y detallarán cómo el ex dictador, de 71 años, que vive enfermo en Hawai con su esposa, Imelda, se apropió indebidamente de enormes cantidades de fondos públicos en Filipinas y de dinero de la ayuda norteamericana a su país destinada al pueblo filipino. Los transfirió ilegalmente a EE UU y los utilizó para comprar propiedades inmobiliarias en este país por valor de cientos de millones de dólares.

Amigos del ex dictador acusaron ayer a la Administración de Reagan de haber traicionado a Marcos quien, al parecer, estaba convencido de que la oferta de asilo incluía inmunidad contra eventuales acciones legales. Pero el presidente ha decidido que no hay razones de Estado de política exterior que impidan que la justicia norteamericana siga su curso y procese a Marcos.

La Casa Blanca ha hecho saber que no concedió "un cheque en blanco" a Marcos a cambio de dejar el poder en 1986 sin resistirse y venir a Estados Unidos. Reagan ha dejado así la decisión última al Ministerio de Justicia, que ha presionado para seguir adelante contra Marcos. "Creo que tendría que ser un asunto de política exterior para que yo tome la decisión, no sólo una cuestión técnica. Estas cosas llegan hasta mí cuando tienen implicaciones de política internacional". Con esta explicación el presidente norteamericano se quitó de en medio el asunto, sentando un importante precedente que hará pensar dos veces a dictadores como el general Pinochet antes de aceptar una oferta de asilo en Estados Unidos.

Dos años de investigación

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El resto de los fondos desviados por Marcos del patrimonio nacional filipino fue a parar a cuentas secretas en Suiza de los Marcos, según la justicia norteamericana. Pero la causa directa del procesamiento, que iba a dictar un gran jurado de Nueva York que lleva investigando dos años a los Marcos, es la acusación de que Marcos vendió, después de su exilio, propiedades suyas en Estados Unidos, adquiridas con fondos obtenidos ¡lícitamente, violando una orden de un tribunal federal que le impedía hacerlo.La operación la hizo con cuatro edificios de oficinas en Manhattan. Los Marcos utilizaron a un hombre de paja que, al parecer, falsificó documentos legales para demostrar que los inmuebles habían sido vendidos, en una fecha anterior a la orden judicial, al magnate saudí Adnan Kashogui. El controvertido multimillonario árabe sirvió presuntamente también para ocultar valiosas obras de arte de los Marcos.

El hombre que reinó indiscutidamente durante 20 años en Filipinas como baluarte del anticomunismo en el sureste asiático, protegido por una serie de presidentes norteamericanos, no será detenido, pero sí puede ser sometido a un juicio. Su arresto no es necesario porque, técnicamemte, desde que llegó a Hawai en un avión militar estadounidense cargado de joyas, está bajo la custodia del Ministerio de Justicia y no puede abandonar el país sin permiso.

Ferdinand Marcos estaba convencido de que su amigo Reagan le protegería contra cualquier acción legal. Una oferta de última hora del Gobierno norteamericano a Marcos para que se declarara culpable de cargos menores y devolviera bienes, dinerc, y obras de arte, a cambio de evitar una eventual condena de cárcel, fue rechazada por sus abogados.

El consejero de Seguridad Nacional, Colin Powell, dijo al presidente norteamericano que los delitos cometidos por los Marcos, como huéspedes de Reagan aquí, eran de tal magnitud que el Ministerio de Justicia y el Departamento de Estado estaban de acuerdo en que debían ser procesados. Algunos funcionarios del Departamento de Estado, encargado de realizar la política exterior, temían el precedente creado por esta decisión, que impedirá en el futuro persuadir a otros autócratas de abandonar el poder voluntariamente.

Un viejo amigo

En los últirnos días, Ronald Reagan ha estado preocupado por el procesamiento de su viejo amigo, al que defendió hasta el final antes de empujarlo al exilio.Pero, finalmente, teniendo en cuenta también el efecto que podría tener la protección política de Marcos en el final de la campana electoral, ha decidido que es una cuestión legal que no deber ser politizada.

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