Cartas al director

De las lenguas del Estado

El señor Castillo del Pino escribe el 17 de agosto sobre el problema que no es problema, pero que merece un artículo sobre el problema.No se entiende toda la perorata sobre los pseudoproblemas, la deformación de la realidad según nuestras conveniencias y todo lo demás, pues no deja claro si es el quien deformando la realidad cierra los ojos al problema o si es el señor Laín quien, ajeno a la realidad real, se la inventa.

No entendí yo el artículo del señor Laín como un "intento de persuasión a los catalanes" de que hablen también castellano -lo cual en sí mismo no es u...

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El señor Castillo del Pino escribe el 17 de agosto sobre el problema que no es problema, pero que merece un artículo sobre el problema.No se entiende toda la perorata sobre los pseudoproblemas, la deformación de la realidad según nuestras conveniencias y todo lo demás, pues no deja claro si es el quien deformando la realidad cierra los ojos al problema o si es el señor Laín quien, ajeno a la realidad real, se la inventa.

No entendí yo el artículo del señor Laín como un "intento de persuasión a los catalanes" de que hablen también castellano -lo cual en sí mismo no es una deformación de la realidad-, sino más bien una invitación a posibilitar la existencia de un pluralismo lingüístico en una zona geográfica.

El problema que el señor Castilla del Pino no ve es que, al puro estilo franquista, y tal vez por simple imitación, se está Imponiendo una lengua imperialita (sin s) a toda una población dentro de un marco geográfico por el simple motivo de vivir en éste. En esa zona geográfica se ha confundido el derecho a la propia lengua con la discriminación de las demás. Lo justo, lo propio, lo inteligente sería no sólo reconocer que los Países Catalanes son bilingües, que es lo que personalmente yo pude entender del artículo del señor Laín, sino trilingües, para dar cabida a esa gran población de origen gallego residente en la zona.

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El problema, señor Castilla del Pino, es que algunos insisten, debido a sus prejuicios, en no ver los probiemas donde los hay y salirse por la tangente con problemas imaginarios.-

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