Pinochet utiliza contra la oposición la violencia de las manifestaciones

La multitudinaria concentración opositora del pasado domingo y la masiva protesta del martes 30 de agosto, el día de la designación del candidato Augusto Pinochet, mostraron a la oposición chilena en su terreno más favorable: el de la movilización de sus partidarios. Entretanto, el Gobierno utilizaba una táctica publicitaria semejante: enfatizar la violencia opositora para mostrar que el triunfo del no trae consigo la incertidumbre.

Para enfrentar los recursos publicitarios del régimen y el abuso de la televisión, el Comando del No ha diseñado una campaña en lo que resta para el plebisc...

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La multitudinaria concentración opositora del pasado domingo y la masiva protesta del martes 30 de agosto, el día de la designación del candidato Augusto Pinochet, mostraron a la oposición chilena en su terreno más favorable: el de la movilización de sus partidarios. Entretanto, el Gobierno utilizaba una táctica publicitaria semejante: enfatizar la violencia opositora para mostrar que el triunfo del no trae consigo la incertidumbre.

Para enfrentar los recursos publicitarios del régimen y el abuso de la televisión, el Comando del No ha diseñado una campaña en lo que resta para el plebiscito, combinando presión social, control electoral del proceso y una oferta de negociación con las Fuerzas Armadas.Los objetivos de la oposición son que los chilenos pierdan el miedo inyectado en 15 años, confíen que los partidos evitarán o denunciarán el fraude y que los indecisos vean en el no un camino sensato.

Los diarios pinochetistas y la televisión del Gobierno destacaron al unísono que hubo nueve heridos leves, 272 detenidos, una tienda saqueada, jardines destrozados y una gran extensión de muros pintados con consignas opositoras. Pero ignoraron la envergadura de la manifestación, la mayor de los opositores en 15 años, y la represión policial contra quienes se retiraban pacíficamente de la concentración.

Según el miembro de la comisión política del Partido Socialista (Almeyda), Luciano Valle, los bríos de movilización opositora que no se veían desde el comienzo de las caceroladas de 1983, tienen un acento nuevo. "El pueblo comprende que hay una oportunidad de derrotar a Pinochet y transitar a la democracia, que es posible".

En la noche del domingo Pinochet realizó su tercera aparición televisiva en una semana. Vestido de civil, apareció en su escritorio con una foto de su esposa, Lucía Hiriart, rodeado de libros. Entrevistado por el canal estatal, en lo que pareció una réplica a la masiva concentración opositora, dijo: "Estoy totalmente convencido de que voy a ganar el plebiscito".

Pinochet necesita demostrar que sus avances son reales. Para conquistar a los indecisos, debe tomar más medidas liberalizadoras, pero a la vez controlar a los manifestantes que desean ensanchar los espacios abiertos. Por eso el régimen reprimió duramente a los miles de personas que desfilaron frente al palacio presidencial, al finalizar la concentración del domingo. El dirigente democristiano Andrés Zaldívar, uno de los tres coordinadores de la Campaña del No, denunció que una decena de pinochetistas invadió su casa a las tres de la madrugada profiriendo insultos y amenazas.

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El fin de los estados de excepción y el retorno de los exiliados no han alterado la persecución de que son objeto los medios de comunicación opositores. Ayer se inauguró en Santiago el encuentro internacional de periodistas por la libertad de expresión en Chile, al que asisten dirigentes de la Federación Internacional de Periodistas y el Instituto Internacional de la Prensa, entre otros organismos.

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