Los 'duros' ganan en Bulgaria la primera batalla a los reformadores

La destituciónde Chudomir Alexandrov como secretario del Comité Central y miembro del Politburó del Partido Comunista Búlgaro supone un duro golpe para las aspiraciones reformistas de un amplio sector del partido y la sociedad de Bulgaria. Chudomir Alexandrov era el número dos del partido y máximo aspirante a la sucesión del jefe del Estado y del partido en Bulgaria, Todor Jivkov, de 76 años.

En Bulgaria se da así el primer caso entre los países socialistas aliados de la URSS en que después de la llegada de Mijail Gorbachov al poder, la línea ortodoxa y brezneviana de un partido comunis...

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La destituciónde Chudomir Alexandrov como secretario del Comité Central y miembro del Politburó del Partido Comunista Búlgaro supone un duro golpe para las aspiraciones reformistas de un amplio sector del partido y la sociedad de Bulgaria. Chudomir Alexandrov era el número dos del partido y máximo aspirante a la sucesión del jefe del Estado y del partido en Bulgaria, Todor Jivkov, de 76 años.

En Bulgaria se da así el primer caso entre los países socialistas aliados de la URSS en que después de la llegada de Mijail Gorbachov al poder, la línea ortodoxa y brezneviana de un partido comunista sale de su actitud defensiva y decapita políticamente a las fuerzas reformistas. Jivkov es el único de su generación de dirigentes comunistas que refuerza su posición y hace frente con éxito a las presiones de cambios personales paralelos a los políticos y económicos. Los principales motores del cambio hacia una liberalización política y económica eran el citado Alexandrov y Andrei Lukanov. El sector ortodoxo del partido dirigido por el "lobby partisano" ha cerrado filas en torno a Jivkov para frenar los intentos de reformas políticas radicales.Alexandrov era el candidato de Moscú a la sucesión de Jivkov. Su destitución muestra que, como sucede en Checoslovaquia, Rumanía y la RDA, los aparatos de los partidos comunistas aliados utilizan la autonomía que la línea política reformista de Gorbachov les garantiza para combatir esta misma política en sus respectivos países. Alexandrov había visitado Moscú en mayo.

El momento en Bulgaria parece ser totalmente favorable a las fuerzas inmovilistas en el terreno político tras dos años en los que los llamamientos de Moscú a reformas provocaron gran confusión en los cuadros del partido y de la economía.

La línea ortodoxa

La línea ortodoxa logró en el pleno del Comité Central de la pasada semana imponerse por completo. Con Alexandrov abandona el poder asimismo el presidente del Parlamento, Stanko Todorov, que había sido jefe del Gobierno entre 1971 y 1981. Fuentes búlgaras manifestaron a EL PAÍS que Todorov se fue voluntariamente por estar "más aburrido que cansado".Su mujer se unió hace meses a una asociación ecologista creada por intelectuales y profesionales que se ha convertido en el embrión de un grupo independiente de opinión y ha creado gran malestar en el sector de veteranos comunistas tradicionalistas. Esta militancia de su mujer había puesto en peligro la vida política de Todorov; sin embargo, éste adelantó su decisión de dimitir. También fue despojado de su cargo el hasta ahora secretario del Comité Central para asuntos ideológicos, Stoian Mijailov.

Jivkov ha creado un precedente de fracaso de la línea favorable a Gorbachov. En Hungría, Janos Kadar fue literalmente expulsado de la dirección. En Checoslovaquia, Gustav Husak fue relevado por Milos Jakes, un hombre de compromiso entre ortodoxos y renovadores dada la paridad de fuerzas en la dirección en Praga.

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Dirigente de la RDA

En la República Democrática Alemana (RDA), cuyo régimen hace frente a una creciente presión popular en favor de cambios similares a los soviéticos, la pasada semana se produjo un suceso político inadvertido en Occidente que puede ser el comienzo de la ofensiva reformista en el Partido Socialista Unificado (SED). El líder del partido en Dresde, Modrow, publicó en el órgano oficial de este distrito un artículo saturado de alabanzas a las reformas políticas chinas y al papel de motor que en esta economía juega la iniciativa privada.Es la primera vez que un alto dirigente de la RDA, además uno de la generación de Gorbachov y cada vez más citado como posible sucesor del líder de la RDA, Erich Honecker, se pronuncia en favor de reformas de los mecanismos económicos del socialismo. Berlín Este mantiene hasta ahora una actitud abiertamente hostil a las reformas políticas.

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