Silencio oficial de Moscú sobre la protesta nacionalista

Las autoridades soviéticas han suspendido su política de glasnost (transparencia informativa) en relación con las crecientes revueltas nacionalistas al norte y al sur del país para no enrarecer el clima político a pocas fechas, el próximo martes, del inicio de la crucial conferencia extraordinaria del partido. Los medios de comunicación guardaban silencio ayer sobre la demanda formulada el martes por el Soviet Supremo (Parlamento) de Nagorno-Karabaj de independizarse provisionalmente de Azerbaiyán, ante las negativas de Moscú y de Bakú a sus peticiones de reincorporarse a Armenia.

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Las autoridades soviéticas han suspendido su política de glasnost (transparencia informativa) en relación con las crecientes revueltas nacionalistas al norte y al sur del país para no enrarecer el clima político a pocas fechas, el próximo martes, del inicio de la crucial conferencia extraordinaria del partido. Los medios de comunicación guardaban silencio ayer sobre la demanda formulada el martes por el Soviet Supremo (Parlamento) de Nagorno-Karabaj de independizarse provisionalmente de Azerbaiyán, ante las negativas de Moscú y de Bakú a sus peticiones de reincorporarse a Armenia.

La versión rusa del semanario Novedades de Moscú, en el número que apareció ayer, publicaba unas largas declaraciones del presidente del Presidium del Soviet Supremo de Azerbaiyán, Suleiman Tatliev, quien hacía responsable al "estancamiento [era de Breznev] de las actuales tensiones nacionalistas. Le deformación burocrática impulsó estas condiciones, que aprovecharon los elementos antisociales".Tatliev intervino en la sesión del Soviet Supremo de Nagorno-Karabaj para advertir que sus demandas nacionalistas podrían llevar a "consecuencias aún más dramáticas que las de Sumgait", según una emisión de la televisión de Stepanakert, capital de la región autónoma de mayoría armenia que fue cedida por Stalin a Azerbaiyán en 1923.

Residentes en Eriván aseguran que en esa capital armenia se han movilizado tropas ves ¡das con uniformes de la policía, ante la negativa de la milicia local -armenia- a reprimir las manifestaciones. Las mismas fuentes dijeron haber distinguido entre esos contingentes a un batallón procedente de Minsk que ya participó en el apaciguamiento de los disturbios de Suingait.

Otros militantes nacionalistas armenios consultados ayer por EL PAÍS dijeron que continúa la sentada estudiantil en la Plaza de la ópera de Eriván para reclamar la devolución de Nagorno-Karabaj.

El silencio oficial no ha impedido que lleguen hasta Moscú noticias de un recrudecimiento de la hostilidad nacionalista en la región transcaucásica. Según un militante georgiano, un grupo de azeríes atacó el sábado un autobús que transporta armenios, cerca del pueblo de Marneuli, en Georgia. Zviad Ganisajurdia declaró por teléfono que varios pasajeros tuvieron que ser hospitalizados y que después del incidente cientos de azeríes se congregaron en la plaza mayor del pueblo para reclamar la incorporación de esa región a Azerbaiyán. El 90% de los habitantes de Marneuli son azeríes y el 10% restante georgianos, armenios y osetos (otro pueblo caucásico.

Entre tanto, prosigue la huelga general en Nagorno-Karabaj, donde la última reivindicación nacionalista es la publicación de la resolución del Soviet Supremo karabajo que pide la autodeterminación según los términos del artículo 70 de la Constitución de la URSS, que no ha aparecido ni siquiera en la Prensa local. "La Unión de Repúblicas debe ser de verdad una unión, y no un imperio", espetaba un joven karabajo.

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Comunicaciones cortadas

La milicia de Stepanakert reconoció que estaban cortadas todas las comunicaciones terrestres con Armenia, porque "algunos autobuses han sido apedreados", sin aclarar quiénes cometían esos actos de violencia. El portavoz del Ministerio de Exteriores de la URSS, Guenadi Guerasimov, reconoció el martes que se habían producido 16 heridos (ocho armenios y ocho azeríes) en enfrentamientos ocurridos en dos pueblos armenios cercanos a Turquía.El problema más candente ahora para el Kremlin es el del juicio de los 80 inculpados por la matanza de Surrigait, que ha sido interrumpido después de las demandas armenias y karabajas de que sea el Tribunal Supremo de la URSS el que se encargue del proceso. Los parlamentarios de Armenia y de Nagorno-Karabaj han exigido condenas más duras que las aplicadas, pero esas sentencias provocaron sangrientos disturbios en Bakú.

Ante la conferencia del partido, las autoridades también han cerrado Moscú a los nacionalístas tártaros, que intentaron manifestarse en la Plaza Roja y fueron expulsados de la capital. Uno de los activistas, residente en Moscú, fue detenido por "resistencia a la autoridad" ante la imposibilidad de expulsarlo legalmente de la capital. Sin embargo, los tártaros han convocado manifestaciones para hoy en todos sus lugares de residencia para conmemorar el décimo aniversario de la autoinmolación a lo bonzo de uno de sus líderes, Musa Mamud.

Moscú también parece haber sido cerrada para los frentes populares recién creados en Letonia y en Leningrado, cuyos seguidores han sido detenidos por vez primera en la plaza Pushkin de la capital -donde se han producido tantos mitines opositores a partir de la cumbre con Reagan que ya es conocida como el Hyde Park moscovita.

Todo indica que ese endurecimiento policial se debe también a los temores del Krerrilin sobre un aumento de la presión nacionalista en los países bálticos (con Letonia a la cabeza) aprovechando la conferencia del PCUS.

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