El primer ministro portugués critica al Tribunal Constitucional

"Hay algo de erróneo en un sistema político y constitucional que no permite el progreso y desarrollo del país", dijo el primer ministro portugués, Aníbal Cavaco Silva, en el mensaje que dirigió a la nación para quejarse de la decisión del Tribunal Constitucional de rechazar los proyectos de su Gobierno de privatizaciones y de liberalización de la legislación laboral.Más exactamente, el presidente del Gobierno luso se refirió exclusivamente al segundo de los textos legislativos considerados

anticonstitucionales por el alto tribunal, al subrayar que los jóvenes son las principales víctima...

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"Hay algo de erróneo en un sistema político y constitucional que no permite el progreso y desarrollo del país", dijo el primer ministro portugués, Aníbal Cavaco Silva, en el mensaje que dirigió a la nación para quejarse de la decisión del Tribunal Constitucional de rechazar los proyectos de su Gobierno de privatizaciones y de liberalización de la legislación laboral.Más exactamente, el presidente del Gobierno luso se refirió exclusivamente al segundo de los textos legislativos considerados

anticonstitucionales por el alto tribunal, al subrayar que los jóvenes son las principales víctimas de la decisión del Tribunal Constitucional, que va "contra quien no tiene empleo y quiere trabajar y favorece la inestabilidad laboral".

El discurso, claramente defensivo, critica indirectamente al Partido Socialista, que, según Cavacio Silva, había aceptado, cuando estaba en el poder, en alianza con los socialdemócratas -en el último Gobierno, llamado de bloque central, presidido por Mario Soares-, una revisión de la legislación laboral "mucho más desfavorable a los trabajadores que la actualmente propuesta".

Pero Cavaco Silva acaba por dar la razón a los partidos de la oposición cuando admite que es ahora más urgente elaborar "un texto constitucional plenamente democrático y que no nos coloque en desventaja en relación a los demás países europeos". Socialistas y democristianos habían criticado precisamente al Gobierno por querer "ariticiparse a la revisión constitucional en marcha", porque ésta le obliga a negociar con la oposición para lograr en la Asamblea Nacional los dos tercios necesarios para que se aprueben las enmiendas constitucionales.

El Gobierno podría, desde un punto de vista técnico-jurídico, eliminar del proyecto los cuatro puntos que el alto tribunal consideró inconstitucionales para que el nuevo texto, ratificado por la mayoría parlamentaria, pueda ser enviado de nuevo al presidente de la República para su promulgación.

Pero no parece ser este camino el que escogerá el primer ministro portugués.

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