Dos jefes del narcotráfico escaparon de la Guardia Civil

El colombiano Ramón Detemple Llopis y el español Ramón Corujedo, dos de los tres jefes de la banda que introdujo el pasado abril 562 kilos de cocaína en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), escaparon de la Guardia Civil a pesar de que eran seguidos desde hacía un año, según un informe oficial. La localización de este envío supuso en su momento el alijo de droga más importante de los aprehendidos en los últimos años en Europa.

La investigación de esta banda se inició en febrero de 1986, cuando las fuerzas de seguridad empezaron a seguir la pista de Pedro Muñoz Alcaraz, un pequeño trafic...

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El colombiano Ramón Detemple Llopis y el español Ramón Corujedo, dos de los tres jefes de la banda que introdujo el pasado abril 562 kilos de cocaína en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), escaparon de la Guardia Civil a pesar de que eran seguidos desde hacía un año, según un informe oficial. La localización de este envío supuso en su momento el alijo de droga más importante de los aprehendidos en los últimos años en Europa.

La investigación de esta banda se inició en febrero de 1986, cuando las fuerzas de seguridad empezaron a seguir la pista de Pedro Muñoz Alcaraz, un pequeño traficante de Sant Cugat del VallIès. La intervención de su teléfono, la detención de dos súbditos franceses en la frontera francesa con Llívia en marzo de 1987 y el control de sus proveedores habituales puso al descubierto una importante organización internacional de tráfico de droga.Los responsables directos de esta organización eran el colombiano Ramón Detemple Llopís, el norteamericano de origen cubano Reginaldo Blanco y el español Ramón Corujedo, según el informe policial. Durante cerca de un año, la Guardia Civil estuvo controlando cada uno de sus movimientos, interviniendo sus líneas telefónicas y recogiendo pruebas relativas al tráfico. La minuciosidad con que trabajó la Guardia Civil permitió incluso descubrir al responsable último de la red, un industrial apellidado Sotomayor, afincado en Guayaquil (Ecuador) y dedicado oficialmente al comercio y a la manipulación de cacao.

Detenido

A pesar de estos importantes descubrimientos, sólo uno de los cerebros de la operación, el norteamericano de origen cubano Reginaldo Blanco, pudo ser detenido por las fuerzas de seguridad, cuando vigilaba la llegada de la droga a la costa de Garraf (Barcelona) el pasado 23 de abril. Reginaldo Blanco negó, sin embargo, su relación con este tráfico de droga y aseguró que sus única actividad industrial ha consistido en regentar un astillero de embarcaciones deportivas en Miami (Estados Unidos) que tuvo que cerrar por falta de pedidos.La detención de Blanco, la única importante relacionada con la cúpula de la organización, aparece confusa y contradictoria, según se desprende de los informes judiciales. En uno de los documentos consultados por este periódico se asegura que Reginaldo Blanco fue localizado y detenido por un policía municipal, lo que se contradice con la versión oficial, según la cual el traficante habría sido detenido por un sargento de la Guardia Civil.

También aparece confuso y desorganizado el operativo desplegado por las fuerzas de seguridad el pasado día 22 y 23 de abril, cuando se esperaba en la costa de Garraf el desembarco de la droga. El día 22 la Guardia Civil, que controlaba los movimientos de Reginaldo Blanco, descubrió como recorría en una embarcación zodiac la costa en búsqueda de un lugar adecuado para llevar a término la operación.

Pese a estos datos, al día siguiente, 23 de abril, los contrabandistas descubrieron la presencia de la Guardia Civil y burlaron su vigilancia. Las lanchas de los traficantes, que se dirigían a tierra con la carga, recibieron por radio orden de esconderse.

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Los servicios de escucha policiales pudieron grabar un mensaje inequívoco que repetía "Perro, vuelta, fuera". Horas más tarde repitieron el intento y dejaron la droga en un búnker de la playa.

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