RELIGIÓN

El episcopado propone medidas de control para seminarios, publicaciones y asociaciones de teólogos

Los obispos han redactado una serie de medidas de gobierno para el control de la ortodoxia en el seno de la Iglesia española, según se informó a superiores de órdenes religiosas durante unas sesiones celebradas esta semana en Madrid. Ese programa -incluido en un amplio documento al que ha tenido acceso EL PAÍS- incluye desde la selección y formación de los profesores de seminarios y facultades hasta la posibilidad de desautorizar públicamente los congresos de teología que anualmente organiza la progresista Asociación de Teólogos Juan XXIII. Las medidas se hacen extensivas a editoriales y revis...

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Los obispos han redactado una serie de medidas de gobierno para el control de la ortodoxia en el seno de la Iglesia española, según se informó a superiores de órdenes religiosas durante unas sesiones celebradas esta semana en Madrid. Ese programa -incluido en un amplio documento al que ha tenido acceso EL PAÍS- incluye desde la selección y formación de los profesores de seminarios y facultades hasta la posibilidad de desautorizar públicamente los congresos de teología que anualmente organiza la progresista Asociación de Teólogos Juan XXIII. Las medidas se hacen extensivas a editoriales y revistas.

Estas propuestas de actuación son consecuencia de la preocupación de la jerarquía episcopal por las desviaciones que, a su juicio, se producen en este momento en la Iglesia española. Las recientes destituciones de teólogos progresistas como Juan Antonio Estrada y José María Castillo -jesuitas y profesores en Granada- y el claretiano Benjamín Forcano -director de la revista Misión Abierta- se inscriben en esa preocupación del episcopado, expresada incluso en documentos anteriores, por evitar lo que la jerarquía denomina "crítica permanente a la Iglesia".El informe de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe Sobre algunos aspectos de la situación doctrinal de la Iglesia en España, al que ha tenido acceso este diario, sintetiza estas preocupaciones y desviaciones existentes, en opinión de la jerarquía, en una exposición de una veintena de folios que propone a modo de conclusión una. serie de medidas.

"Necesitamos unos centros creadores de pensamiento cristiano donde se produzca una. teología sólida y una orientación cristiana en el futuro", afirman en el mencionado documento los obispos, para quienes es fundamental "cuidar la. selección y formación de profésores tanto en facultades come, en seminarios". Se sugiere estudiar dónde se envía al profesorado para su formación y qué criterios se sigue para seleccionar a los candidatos.

Los obispos también proponen que se vigilen adecuadamente 1as instituciones de formación teológica de divulgación",así como "los materiales catequéticos que se emplean en las diócesis". A los superiores de órdenes religiosas se les propone "estudiar conjuntamente algunos problemas doctrinales y adoptar las medidas pastorales y de gobierno que parezcan aconsejables, sobre todo el ámbito de centros de formación, editoriales y revistas".

Congresos de teología

Uno de los puntos más conflictivos es el último, en el que se hace referencia a la Asociación de Teólogos Juan XXIII y a los congresos que ésta organiza, los cuales han causado preocupación en la jerarquía eclesiástica española. En el apartado que hace referencia a este tema se afirma: "Diálogo con la asociación Juan XXIII, promotora de los congresos de teología; comunicarles nuestro juicio sobre el último congreso, particularmente sobre algunas ponencias concretas". "Poner la condición de que no intervengan ponentes en el congreso que no expresen la fe de la Iglesia", se añade. "Y caso de que no se acepte esta condición o haya ponencias que no sean fieles a las enseñanzas de la Iglesia", agregan, "desautorización pública de estos congresos".

Esta reflexión sobre los congresos no es nueva. Con motivo del encuentro organizado por la asociación Juan XXIII, el pasado año, el entonces secretario general del episcopado, Fernando Sebastián, informó a los superiores religiosos sobre la ortodoxia de las sesiones. Esta notificación hacía constar que el diálogo entre jerarquía y teólogos no había experimentado ningún tipo de avance y por tanto se hacía poco recomendable la asistencia a las sesiones, según hicieron saber los responsables de la Confederación de Religiosos a las congregaciones de toda España.

Unos meses más tarde era el propio presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Ángel Suquía, quien en un almuerzó con los medios informativos expresaba la preocupación existente entre los obispos por la unidad doctrinal.

También el nuncio de la Santa Sede en España, Mario Tagliaferri, ha hecho hincapié, en sus intervenciones más recientes ante las asambleas plenarias del episcopado, en la formación de los seminaristas españoles.

Todos estos síntomas sobre conflictos latentes en el seno de la Iglesia se hallan plasmados en este documento, que el pasado 20 de abril fue leído en una sesión reservada en la asamblea plenaria del episcopado español.

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