Telefónica volverá a solicitar la modificación de tarifas

Telefónica, la sociedad semipública que ha de modificar este año su contrato-programa con el Estado, obtuvo unos beneficios netos de 53.247 millones de pesetas al cierre del pasado ejercicio, según los datos que serán facilitados a los accionistas de la sociedad en la junta general de mañana, viernes. Dentro de la estrategia de captación de recursos para financiar sus multimillonarias inversiones, el staff ejecutivo de la empresa anunció su voluntad de recurrir en mayor medida a recursos ajenos, dadas las ventajas comparativas coyunturales que esta fórmula tiene sobre la tradicional política d...

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Telefónica, la sociedad semipública que ha de modificar este año su contrato-programa con el Estado, obtuvo unos beneficios netos de 53.247 millones de pesetas al cierre del pasado ejercicio, según los datos que serán facilitados a los accionistas de la sociedad en la junta general de mañana, viernes. Dentro de la estrategia de captación de recursos para financiar sus multimillonarias inversiones, el staff ejecutivo de la empresa anunció su voluntad de recurrir en mayor medida a recursos ajenos, dadas las ventajas comparativas coyunturales que esta fórmula tiene sobre la tradicional política de ampliaciones de capital llevadas a cabo por la empresa, que cambiará su nombre por el de Telefónica de España.

El volumen de ingresos por operaciones realizadas por la sociedad superó, al término del año, los 540.000 millones de pesetas, mientras que el cash flow bruto (beneficios netos, más amortizaciones, más provisiones) se situó ligeramente por debajo de los 268.000 millones de pesetas. En el curso de una conferencia de prensa celebrada en la tarde de ayer, los responsables de la sociedad expusieron también los resultados del primer trimestre del año en curso, que siguen reflejando unos índices de demanda del 18% anual. Ante este incremento, Telefónica prevé mantener una política paralela de aumento de las inversiones, una vez cerrado el proceso de saneamiento financiero de la sociedad, de acuerdo con la explicación realizada por su presidente, Luis Solana, ante un grupo de periodistas."Durante los próximos seis meses", añadió Solana, "Telefónica solventará las deficiencias en el servicio surgidas como consecuencia del boom experimentado por la demanda de servicios...". En este período, los responsables de la empresa prevén llevar de seis a tres meses el tiempo medio de espera de un teléfono, al tiempo que solucionan la calidad del servicio (ruidos, interferencias, etcétera), según especificó Solana.

Paralelamente a la mejora del servicio, encomendado a Telefónica en régimen de monopolio, la sociedad prevé potenciar su vertiente empresarial, dando continuidad a la estrategia de holding circulante, de acuerdo con los enigmáticos términos acuñados por el propio Luis Solana.

La sociedad prevé potenciar sus operaciones fuera de España a través de su alianza con Telettra, SpA, filial de Fiat, y su intervención en la privatización de la administración argentina de telecomunicaciones, Entel, proyectada por el Gobierno de Raúl Alfonsín. Telefónica ha cerrado recientemente un acuerdo para la adquisición de los activos de la antigua ITT en Brasil, en sociedad con el Banco Exterior de España y una serie de inversores locales. Asimismo, la empresa podría ampliar sus acuerdos de producción de teléfonos en la Unión Soviética hacia la fabricación de teléfonos públicos y telefonía rural; y negocia su participación en el montaje y gestión de una moderna red de telecomunicaciones en Moscú. Otra de las operaciones negociadas por Telefónica es un acuerdo de cooperación bilateral con British Telecom, que podría concretarse en las próximas semanas, según lo señalado por el propio Solana. "La financiación de estas operaciones no se hace con cargo a tarifas, sino a través de las plusvalías generadas por la acción empresarial de la propia Telefónica", señalaba en este sentido el ejecutivo de la sociedad controlada por el Patrimonio del Estado.

Modificación de tarifas

En otro momento de su intervención, el presidente de Telefónica manifestó su voluntad de reiniciar las conversaciones con el Gobierno para lograr una modificación a medio plazo de las tarifas que regulan el servicio. El modelo propugnado por Luis Solana, en línea con el de los responsables de otras administraciones telefónicas, pasa por la puesta en marcha de un incremento de las llamadas urbanas y un recorte simultáneo de las de larga distancia y otros servicios, que actualmente subvencionan a las primeras. Según la propuesta, este trasvase de ingresos se llevaría a cabo sin alterar la cifra de incremento global de las tarifas, que se ha estipulado en un 0% para 1988 y que ha venido creciendo por debajo del IPC a lo largo de los últimos ejercicios.

Al cierre de 1987 había en España 26,1 líneas telefónicas por cada 100 habitantes, con 365.000 peticiones pendientes, cifra que equivale al 3,5%. del total de líneas en servicio, según los datos elaborados por la propia sociedad.

Por otra parte, la expansión del ahorro bruto de Telefónica alcanzó un crecimiento del 33,1% en el año pasado y representó el 2,72% del total nacional. El valor añadido de la compañía creció más de un 11% en términos reales, que representa el 1,57% del total nacional. El aumento de productividad por empleado (10,7%) permitió mejorar la participación de Telefónica en el excedente bruto de explotación de la economía española (2,07% frente al 1,89% del ejercicio de 1986).

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