Ejercicio de la enseñanza

A pesar de que el artículo 20 de la Constitución reconoce y protege la libertad de expresión, los españoles no políticos, periodistas, ricos o escritores reconocidos lo tenemos muy difícil. Sólo podemos llegar a unós cuantos amiguetes o utilizar, en la prensa, la sección de Cartas al Director. Lo cual es muy aleatorio: depende del director del periódico.Hace días, y con motivo de un exabrupto del señor Maravall escribí una carta a EL PAÍS. Iste no la publicó: debió de pensar que para el común era más interesante saber los metros a los que debía lanzarse un penalty, ...

A pesar de que el artículo 20 de la Constitución reconoce y protege la libertad de expresión, los españoles no políticos, periodistas, ricos o escritores reconocidos lo tenemos muy difícil. Sólo podemos llegar a unós cuantos amiguetes o utilizar, en la prensa, la sección de Cartas al Director. Lo cual es muy aleatorio: depende del director del periódico.Hace días, y con motivo de un exabrupto del señor Maravall escribí una carta a EL PAÍS. Iste no la publicó: debió de pensar que para el común era más interesante saber los metros a los que debía lanzarse un penalty, ya que esto es el ser o no ser de un pueblo. Nada, sin embargo, que objetar. Pero hoy EL PAÍS publica una carta sobre el tema expuesto por mí, pero en sentido contrario. Me refiero a la del señor Pere Piqué sobre la homologación de los enseñantes.

El señor Pere Piqué dice alguna que otra sandez (cuatro meses de vacaciones; seguro que alguien le pisé el pie; excursiones por ahí; ¿quién le ha contado a este señor que las excursiones, muchas en sábados y días festivos, al cuidado de niños, son una vacación?; festivos libres (¿?)...) y una verdad muy grande: erró al

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