LAS GUERRAS DE ORIENTE PRÓXIMO

Brutal eficiencia

Jalil al Wazir estaba sentado en el estudio de su confortable casa de las afueras de Túnez, leyendo informes militares, cuando el ruido sordo de los disparos de subfusiles con silenciador rompió la quietud de las primeras horas de la mañana. Instintivamente, sacó su pistola, pero el gesto fue inútil. Los intrusos, un comando de siete hombres y una mujer, ya habían matado al chófer tunecino de Al Wazir y a sus dos guardaespaldas palestinos. Entonces, con la brutal eficiencia de un comando bien entrenado, apuntaron sus armas contra Al Wazir y acribillaron su cuerpo con prolongadas ráfagas de bal...

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Jalil al Wazir estaba sentado en el estudio de su confortable casa de las afueras de Túnez, leyendo informes militares, cuando el ruido sordo de los disparos de subfusiles con silenciador rompió la quietud de las primeras horas de la mañana. Instintivamente, sacó su pistola, pero el gesto fue inútil. Los intrusos, un comando de siete hombres y una mujer, ya habían matado al chófer tunecino de Al Wazir y a sus dos guardaespaldas palestinos. Entonces, con la brutal eficiencia de un comando bien entrenado, apuntaron sus armas contra Al Wazir y acribillaron su cuerpo con prolongadas ráfagas de balas.Al Wazir, de 53 años, brazo derecho de Yasir Arafat, conocido en todo el mundo por su nombre de guerra, Abu Yihad, había muerto.

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Varios dirigentes palestinos acusaron inmediatamente a Israel del asesinato. Inicialmente, los israelíes se negaron a confirmar o negar su conexión con el asesinato. "No me pregunte y así no tendré que mentirle", dijo un alto cargo del espionaje israelí; pero, según el corresponsal de la revista Time en Oriente Próximo, la operación fue llevada a cabo totalmente por un comando de 30 personas del Ejército israelí.

Después de cruzar el Mediterráneo en un gran barco, los comandos se trasladaron a ¡anchas neumáticas para acercarse a la costa y desembarcar en Túnez. Una vez en territorio tunecino, entraron en contacto con tres hombres provistos de pasaportes libaneses, que les proporcionaron dos furgonetas Wolkswagen y un Peugeot 305. Vestidos con uniformes de camuflaje de diseño muy parecido a los que utiliza la Guardia Nacional de Túnez, el comando se dirigió a la casa de Al Wazir, lo mató y volvió de nuevo a las lanchas neumáticas, con las que regresó al barco.

Copy right Time Inc., 1988.

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