El Partido Comunista Italiano, acosado por las embestidas de Craxi

El Partido Comunista Italiano (PCI), cada día más acosado por las embestidas del secretario socialista y ex primer ministro Bettino Craxi, quien, después de haber dejado el Gobierno, se ha empeñado en una revisión a fondo del hermano mayor, ha vuelto a lanzar por sorpresa la política de la "alternativa de izquierdas".

La última embestida craxiana ha ido dirigida nada menos que contra Palmiro Togliatti, padre del original comunismo italiano. Los socialistas, tras haber advertido antes a Botteghe Oscure -sede del PCI-, corno para demostrar la importancia que deseaban dar...

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El Partido Comunista Italiano (PCI), cada día más acosado por las embestidas del secretario socialista y ex primer ministro Bettino Craxi, quien, después de haber dejado el Gobierno, se ha empeñado en una revisión a fondo del hermano mayor, ha vuelto a lanzar por sorpresa la política de la "alternativa de izquierdas".

La última embestida craxiana ha ido dirigida nada menos que contra Palmiro Togliatti, padre del original comunismo italiano. Los socialistas, tras haber advertido antes a Botteghe Oscure -sede del PCI-, corno para demostrar la importancia que deseaban dar al caso, están ya organizando un congreso sobre el estalinismo. Craxi quiere que se estudie a fondo la figura de Togliatti y sus connivencias con el estalinismo más duro. Ya el vicesecretario socialista Claudio Martelli ha llegado a definir a Togliatti como "verdugo" del estalinismo.

La figura de Togliatti

Y la polémica ha dividido al mismo PCI entre quienes no verían con malos ojos, para acercarse a los socialistas, una revisión serena de la actuación de Togliatti y los que prefieren mantener intacto el último tabú del partido.Pero quienes conocen a Craxi saben que no se detendrá en su camino; de ahí que el secretario comunista, Alessandro Natta, asustado, haya aprovechado un importante congreso de obreros comunistas para tender una mano a los agresivos hermanos menores de la izquierda italiana. Natta ha dicho que los socialistas han emprendido el viaje antiestalinista con el pie equivocado, ya que "los comunistas no están dispuestos a abjurar de uno de los padres de la Constitución". Pero en seguida ha vuelto a lanzar la política de la "alternativa de izquierdas". Natta ha agregado: "Podrá ser dificil, áspera, pero es necesario empezar a llevar a cabo una mayor unidad de la izquierda que se oponga a la Democracia Cristiana".

Pero lo cierto es que si Craxi consigue destruir el mito de Togliatti, los comunistas verían perder el último retal de su propia identidad. Los observadores afirman que es lo que Craxi desea para presentarse corno el nuevo líder de la verdadera izquierda reformista italiana tras la muerte del eurocomunismo.

En la búsqueda desesperada de un mayor consenso nacional para el Partido Socialista, Craxi ha visto que el único camino es ir debilitando, por todos los frentes posibles, al hermano mayor comunista, despojándolo de todo aquello que lo caracterizaba como pilar de la verdadera izquierda italiana y como el partido comunista europeo más importante y original.

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Y la brecha más decisiva para Craxi es la guerra interna dentro del PCI, sobre la que juega el líder socialista paria meter su cuña, como está intentando hacerlo con la Democracia Cristiana (DC). Si los dos grandes partidos italianos -la DC y el PCI- se muerden entre sí, los socialistas podrán aprovecharse de la debilidad ajena para ir reforzando su posición.

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