Felipe González se enfrenta mañana en Bruselas a las discrepancias sobre la reforma de la Comunidad Europea

Bruselas será el destino de los dos próximos viajes al extranjero del presidente del Gobierno, Felipe González: el primero de ellos, que se inicia esta tarde, para asistir a la reunión del Consejo Europeo, se desarrollará en lo que medios gubernamentales españoles definieron como un clima "delicado" para nuestro país, derivado de las diferencias entre Madrid y Bonn sobre la reforma de la Comunidad Europea (CE). El segundo viaje, que se realizará dentro de tres semanas, y al que la diplomacia española concede "aún más importancia", tendrá por objeto asistir a la cumbre de jefes de Estado y de G...

Bruselas será el destino de los dos próximos viajes al extranjero del presidente del Gobierno, Felipe González: el primero de ellos, que se inicia esta tarde, para asistir a la reunión del Consejo Europeo, se desarrollará en lo que medios gubernamentales españoles definieron como un clima "delicado" para nuestro país, derivado de las diferencias entre Madrid y Bonn sobre la reforma de la Comunidad Europea (CE). El segundo viaje, que se realizará dentro de tres semanas, y al que la diplomacia española concede "aún más importancia", tendrá por objeto asistir a la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los países de la OTAN.

González llegará esta tarde a Bruselas, donde mañana jueves comienza la reunión de los jefes de Gobierno de la Comunidad Europea; esta reunión se prolongará, previsiblemente, hasta la tarde del viernes. Las escasas perspectivas de acuerdo sobre la reforma de la Comunidad, en parte basadas en la negativa británica y holandesa a moderar la reducción del gasto agrícola, se agravan en el caso español por las veladas acusaciones alemanas, que hablan de la "obstinación" de nuestro país en lo que se refiere a la duplicación de los fondos estructurales para ayudar a las regiones más desfavorecidas de la CE.La breve visita que el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Hans Dietrich Genscher, realizó a Madrid el viernes pasado "hizo constatar las diferencias", según admitió una fuente gubernamental, aunque otros medios insistieron en la "cordialidad" que, por lo demás, existe en las relaciones entre los dos países. Estas divergencias no eran sino prolongación de las que se hicieron patentes en un anterior encuentro, a comienzos de la semana pasada, entre el propio Genscher y su colega español, Francisco Fernández Ordóñez, donde pudo apreciarse cierta tensión en la defensa de las respectivas posiciones.

Bonn achaca al Gobierno español una "excesiva obstinación" en la defensa de la necesidad de duplicar los fondos estructurales para ayudar a las regiones más desfavorecidas de la CE, cuando ya el propio presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, comienza a retirar esta pretensión. El hecho de que la República Federal de Alemania ostente este semestre la presidencia de la CE, viéndose obligada a "casi todo" para lograr un consenso sobre la reforma europea entre la reunión del Consejo Europeo de mañana en Bruselas y la que tendrá en Hannover (RFA) en junio, sitúa en una nueva dimensión las divergencias con nuestro país. Fuentes alemanas llegaron incluso a culpar veladamente a España de la posición adoptada por Portugal, que concurre a Bruselas con ideas muy semejantes a las españolas.

El presidente del Gobierno regresará a la capital belga el 2 de marzo, para asistir, al día siguiente, a la cumbre atlántica que, presidida por Ronald Reagan, se centrará en las expectativas del desarme ante el próximo encuentro en Moscú entre el presidente norteamericano y el mandatario soviético, Mijail Gorbachov. Sin embargo, y pese a que González realizará una breve intervención insistiendo en la necesidad de que la "confianza" sustituya a la "disuasión" en las relaciones entre el Este y el Oeste, el papel que nuestro país jugará en esta cumbre será, necesariamente, de "perfil bajo", según definición de un diplomático español especializado en desarme.